I BELIEVE IN YOUR LOVE

45.

“Entre el amor y el cielo, nada esta oculto, tarde o temprano, el amor llega a ti o tú a ella"
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Antonieta

Su llamada me dejó en las nubes todo el día, sin embargo, estaba pasando el día con Valeria y no podía ser tan cínica. Llamé a Sofía y le pedí que me ayudará, que se vengaría y me reí muchísimo, sé que sería contarle todo luego.

Val: ¿En que piensas amor? – volteé a verla –
Sof: Sofía que no esta muy bien – Valeria asintió –
Val: Ojalá mejore todo – asentí y me levanté para irme a duchar – desnuda te ves mejor, venga y quédate conmigo – me reí –
Anto: Se me hará tarde Valeria, ya pasé todo el día contigo, voy a ducharme – frunció los labios e intenté sonreír pero me salió una mueca –

Una hora después estaba fuera de la ducha, opté por un top rojo de encaje, vaqueros negros, cazadora negra y tacones a juegos, un maquillaje suave y una coleta alta. Me despedí de Valeria y llamé a Sofía avisándole que me iba y que cualquier cosa ella no estaba bien, me insultó y se reía, todo estaba bien. Llegué a casa de Lucía y nos pusimos a hablar de todo y nos reíamos, cuando la vi bajar mi boca se seco, los nervios revivieron y mis ganas de besarla aumentaban, mierda estaba hermosa, ese vestido azul era a su medida y me encantaba, es tan perfecta.

Pil: ¿Nos vamos? – asentí – nos vemos chicas – se despidió –
Lu: Suerte tía – sonrió y le guiño un ojo –
Pil: Vale Lu – le lanzó un beso – venga ¿vamos? – sonreí y asentí –

En el camino todo fue tan perfecto, entre risas, anécdotas, miradas fugaces y sonrisas robadas, Pilar siempre a sido mi talón de Aquiles y estábamos camino a una cita por así decirlo y me encantaba. Veinte minutos más tarde llegamos a un restaurante de lujos que según lo que me dijo era su favorito de Madrid y yo feliz de estar con ella.

Pil: ¿Te gusta? – me preguntó sonriente –
Anto: Me encanta, esto es realmente hermoso – respondí anonadada –
Pil: Y te falta por probar la comida de este lugar, es mágica – volteé a verla y le sonreí –
Anto: Venga, que yo amo comer – nos reímos –

Un mesero se acercó y pedimos la cena, maravillosa debo ser sincera y de postre un tiramisú encantador, pasamos toda la velada entre risas y risas, en una oportunidad me ofreció trabajo y no podía creerlo, en diseño era mi sueño, trabajar en una empresa tan importante y a la mano con ella era aún más encantadora la oferta, era un sueño, mi sueño, de sólo escucharla me hubiese encantado abalanzarme y darle muchísimos besos.

Pil: Eres tan hermosa Antonieta – mis mejillas ardían –
Anto: Mira quien me lo dice, la mujer más hermosa de Europa – se ríe y su risa era mi sonido favorito –
Pil: Venga, tampoco para tanto – la miraba seria e intensamente –
Anto: Siempre has sido la mujer más hermosa de Europa y el mundo entero Pilar – se quedó muda y lo único que opté fue por entrelazar nuestras manos –
Mesero: ¿Desean algo más? – alcé la mirada –
Pil: La cuenta por favor – dijo y pude sentir su mirada encima de mí en todo momento –
Anto: ¿Por qué me pediste quedarme fuera de casa? – pregunté al volver mi mirada hacía ella –
Pil: Conoscerai, la mia cara bellezza – me guiño un ojo y no sabía si morir por su acento tan sensual o por su guiño de ojo –

La cuenta llegó, una lucha para pagar pero terminó ganando Pilar, nos fuimos de aquel lugar y ya estando en el carro entrelaza nuestras manos, me sentí tan completa en ese momento que simplemente sonreí. Nuestras miradas se conectaban y sonreíamos, llegamos a una residencia de lujos, me explicó que siempre tuvo un apartamento aquí pero no lo usaba porque prefería quedarse con su hermana, subimos al departamento y era algo perfectísimo, totalmente de blanco y negro lo que le daba un toque de lujos increíble, una cocina preciosa con una barra americana, en la sala unos sofás preciosas y una pequeña mesa en el medio, un comedor y con un gran ventanal donde dejaba ver la hermosa Madrid, un pasillo precioso donde supongo llevaban hacía los cuartos.