A i r e

144 12 1
                                    

No podían faltar los Signos del otoño, aquellos que moraban en el territorio colombiano, completamente enojadas por los recientes sismos y avalanchas cercanas al departamento de Barranquilla. Era notorio su esfuerzo por no responder a los terremotos que recientemente estaban golpeando al país. Sin embargo, las chicas decidieron mantenerse al margen para disfrutar de su estadía en la zona.

Gigi: Vamos a volver a llegar tarde al encuentro— veía a sus amigas correr de un lado a otro —Parece que les pica ese culo, no joda. Andan de un lado pa' otro.

Layla: Quiero verme presentable, no quiero parecer una desechable. Sabes lo criticones que llegan a ser los de Agua.

Avril: Aguante el bollo, mujer— pateo la puerta —Miren, logre convencer a la doña de la esquina para que me le pegara al fiado. Vamos a necesitar mucha panela y quesillo para aguantar los regaños de Capricornio.

Gigi: No entiendo el afán de llevar tantas vainas, Colombia no va a desaparecer.

Layla: Es que, Avril y yo, estuvimos botando corriente al asunto de reunirnos con los doce— pensativa —En los últimos siglos, en cada reunión siempre nos asignan un nuevo castigo. Fijó, no nos dejan volver, y por eso, queremos llevar con nosotras algunos recordatorios.

Avril: Voy a extrañar las novelas, Betty se merecía alguien mejor que ese care monda de Armando Mendoza y no pienso discutirlo— indignada.

Layla: Cambiando de tema— planchaba de cabello —¿Vas a compartir lo que te acabas de auto regalar de la tienda de la cuchibarbi?

Avril: Mona, no sea grosera con la cuchita. Solo por eso, ya no come ni mierda.

Layla: Baja la voz— cubrió sus oídos —Hablas demasiado fuerte.

Gigi: Y no te la quieras dar de avispada, Acuario— encaró —Todas sabemos que fuiste tú, la que le lanzo a la doña esa barra de jabón Rey con el papelito que decía: “Uselo y bañese, cochina”.

Avril: No fue un secreto para nadie que yo fui la responsable— orgullosa —Lo volvería a hacer de ser necesario.

Layla: Es muy maluco eso.

Gigi: A veces no estoy segura de que si eres increíblemente honesta o muy descarada.

Avril: No soy humana, no intentes limitarme o etiquetarme— guardo su caja de choco krispis en la mochila —Bien, ya estoy lista.

Layla: ¿Creen que debería llevar esas cartas que enviaron los polochos?— medito unos segundos —No, Lena nos va a regañar por permitir que Avril le diera severa muenda a los vecinos porque estaban espiando mi informe.

Gigi: Somos equipo, si cae una, caemos todas— suspiró —Destruye la evidencia.

Layla: Bueno— arrojo los citatorios por la ventana —Creo que yo también ya estoy lista.

Gigi: Entonces, fuimonos' pues— abrió la entrada —Acuario, ¿si eres consciente que vas a tener que compartir todo el mecato que tienes?

Avril: Vida triste.

Layla: Bien, yo llevo el informe— miro su reloj —Oigan, solo vamos a llegar veinticinco minutos tardes esta vez.

Gigi: Ya me puedo imaginar el mierdero que van a armar los de Tierra y Agua— lloro falsamente —Va a tocar juntarnos con los de nuestro parche.

Avril: ¿Los de Fuego?— atravesó el portal —¿Lo dices por qué le gustas a Axel?

Gigi: Recuerda tu posición, una Guardiana no tiene la autoridad de hablar de esa forma a un Líder— despeino su cabello amistosamente —No se haga cascar después culicagada.

La Cuarta BibliotecaWhere stories live. Discover now