Capítulo 6

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— VAMOS A REPASAR EL PLAN — ordenó Kiara, las tres chicas estaban sentadas dentro de la furgoneta observando un papel.

— Sí, haber.

— Repasemos — Blair se frotó las manos.

— Está a quince metros y usaremos una cuerda de treinta — explicaba la de rizos — así que el carrito irá...

— ¿Quién lo ha dibujado? — la interrumpió Sarah intentando contener su risa.

— ¿Tú qué crees? — dijo Carrera de la misma forma al darse cuenta.

Entonces, la mirada de las tres viajó hasta Pope.

— Chicas, espero que funcione — JJ llegó al vehículo, apoyándose en la puerta y soltando varios lingotes en el suelo de la furgo. — No podremos empeñarlo con el símbolo de una espiga.

La morena agarró un soplete que tenía a su lado y lo alzó esbozando media sonrisa, segura.

— Funcionará — declaró.

(...)

Después de trabajar el oro, los chicos se fueron a la casa de empeños.

— Te has lucido fundiéndolo, doctora Frankenstein — ironizó JJ en dirección a Kiara bajando de la furgo, seguido de los demás.

— Como que tú lo habrías hecho mejor. — se defendió esta.

— Claro que sí, di clases de soldadura.

— ¿Cuándo? — Carrera se cruzó de brazos, comenzando a cabrearse.

— Eh, eh, eh, eh, eh. Shh... — les calló John B — Tranquilos, ¿vale?

— Para ti es fácil decirlo, no eres tú el que tiene que empeñar esta mierda — el rubio alzó el trozo de oro — ¿Por qué me ha tocado a mi? — dijo mientras se encaminaban al local.

— Porque mientes bien — respondió Pope.

— En ese caso Blair también puede ayudar. — añadió Sarah divertida. Los demás miraron en dirección a la nombrada, parando de caminar.

— ¿Qué? — observó cómo la miraban y entendió — De pequeña tenía una buena imaginación, ¿vale?

Luego de esa declaración, siguieron el rumbo como si nada. Al entrar al establecimiento, JJ fue directo al mostrador mientras los restantes paseaban, fingiendo interés en lo que había alrededor.

— Buenas tardes — saludó Maybank a la mujer de tez morena y pelo blanco del mostrador.

— Buenas tardes — le correspondió el gesto.

— ¿Compran oro?

— Eso dice el cartel, ¿no?

— Pues espero que compren mucho, porque la dejaré sin habla — se mofó el ojiazul sacando el oro de su mochila.

— Veamos, porque pocas cosas me dejan sin habla.

— ¿Qué me dice de esta preciosidad? — dejó el adolescente el oro en el mostrador.

La mujer rió — No es de verdad.

— Mire cuánto pesa. Mhmm — soltó al ver que a la mujer le costaba cargarlo — Tenga, ilumínelo — le tendió una lupa linterna que ella usó para examinarlo mejor.

— Es tungsteno pintado con spray.

— ¿Enserio? ¿Se ha fijado en lo sólido que es?

— ¿Puedo?

— Sí, adelante — entonces JJ la vio colocar un palo encima del oro, para golpear dicho palo con un mini martillo y la pieza no se rompió por ningún lado.

Two Different Worlds || JJ MAYBANK.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang