XI. ¡No volteé!

84 4 1
                                    

● Hazel Levesque ●

Cuando cerré la puerta se me salieron las lagrimas. Verlo convivir con Emily fue lo mas bonito del mundo. Cómo la miraba hipnotizado mientras ella reía y jugaba con él. Dioses amo a ese hombre.

Me seque las lagrimas con la mano y levante los platos de la mesa.

Son muchas emociones.

Cuando entre al cuarto y la vi dormir tranquilamente mis ganas de llorar aumentaron. Perdóname por no dejarte estar con tu papá mi cielo. Perdóname por ser tan mala madre que ni si quiera te ha contestado la pregunta que me haces. Perdóname por privarte de estar con el hombre mas maravilloso que pueda existir. Perdóname Emily. Perdóname, pero tuve que tomar esa decisión para salvarme, para salvarte, para salvarnos.

Quito la almohada que puso Frank y me acuesto al lado de mi niña. La rodeo con mis brazos y la apego a mi cuerpo dejando un besito en su cabecita. Oh mi niña hermosa. Limpio mis ojos y me dispongo a dormir.

Al igual que cada mañana siento sus manitas en mi cara despertándome.

-Mami hay que despertar —tiernamente aun pronunciando mal la R.

—Buenos días cielo —le sonreí.

—¿Hora de desayunar?

—Exactamente

Me puse de pie y antes de salir de la habitación me preguntó:
—¿A qué hora iremos con Frank por un helado?

Al parecer no lo olvido.

—A las seis

—¿Y qué hora es?

—Las ocho de la mañana

—¿Y cuánto falta?

Paciencia dioses, paciencia.

—Diez horas Emily —le vi la intensión de seguir preguntando así que me adelante— Vamos a almorzar avena, ¿Verdad?

Hizo una cara de asco rápidamente.
—No ¡Puaj!

—¿Entonces qué quieres desayunar?

Lo supe cuando tomo su muñeca.
—¡Waffles!

Y luego recordé que no hay waffles porque cierta mujer dejo botado el carrito en el supermercado cuando vio a su ex. Ups...

—Cielo, amm... no hay waffles

—¿Qué?

La cara de shock que hizo me dio tanta risa. Abrió sus rasgados ojos lo mas que pudo y su mandíbula cayo dejando su boca abierta.

—Jajajaja —me reír.

—No es griasoso —reprendió pero solo hizo que riera mas.

—¡Jajajaja!

—¡Mamá!

—Okey, jajaja lo siento cielo —reír mas despacio— Se dice: Gracioso

—Por eso, griasoso

Negué y mejor fuimos a la cocina para ver que desayunábamos. Supongo que iré al super de nuevo para comprar las cosas que ayer bote por culpa de ese idiota, insufrible, con espalda ancha y brazos fuertes... y sus piernas... lo que hay entre ellas...

—¡Mami!

—¡ROMA BENDITA!

—¿Eh?

¡Mierda!

—¿Qué Emily?

—Te quedaste como boba viendo el piso —dijo alzando una ceja.

Es que estaba pensando en tu padre... ¡Carajo! ¿Por qué pensé eso? Todo es culpa de Frank. Estúpido y sensual Frank.

Sperâre [Hazel Levesque. Frank Zhang]Where stories live. Discover now