capítulo 12

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La mirada extrañada de ella fue suficiente respuesta.

-Vale, digamos que son un conjunto de prácticas que no son convencionales. Sus siglas
significan: Bondage, Disciplina, Masoquismo y Sumisión. También abarca otras cosas como
el sadismo y la dominación.

Por supuesto eso no es del gusto de todo el mundo, más bien
tiene detractores porque piensan que las personas que nos gusta esto tenemos algún tipo
de problema psicológico. Lo cierto es que no es así. Sólo son gustos diferentes y nada más.

-Siento que no me has dicho completamente a qué te refieres.

-Sí, tienes razón. En conclusión, soy Dominante, lo que quiere decir que me gusta el control
y ejercerlo sobre mi sumisa.

Ella tendrá que hacer todo lo que le pida. Todo. Obviamente,
antes de llegar a ese punto, hemos ya hablado al respecto. Sobre gustos y límites. Lo de los
límites es esencial. Cualquier violación a lo que acordado, es suficiente para terminar la
relación.

-¿Qué sabes hacer cómo Dominante?

-Pues, me gustan algunas cosas. Desde amarrar, hasta azotar, también me gusta ahorcar y
jugar un poco con la electricidad. Claro, y como ya he dicho, eso depende en gran parte por
los gustos que también tenga la otra persona. Eso se conversa.

-¿Hay algún protocolo para ser sumisa?

-Básicamente deben estar compenetrados para que la relación prospere. En algunos casos,
hay Dominantes que son ortodoxos y hasta hacen una ceremonia en donde entregan el
collar a la sumisa. Este accesorio indica la unión entre ambas personas, como sellaras un
pacto.

-¿A ti qué te gusta?
-Las ceremonias no son lo mío, soy más práctico en ese sentido. Pero sin duda, sí me gusta
entregar algo que represente que existe algo.

-Vale…

-Te digo todo esto porque siento que es necesario que tengamos todo claro. No me gusta
ocultar lo que soy ya que esto forma parte de mi personalidad. Además, creo que estoy un
poco viejo para no hacer lo que me gusta.

-Entiendo. Pues, sólo tengo algo que decirte.

El momento cumbre había llegado y la respiración de Luís se había acelerado casi de
manera alarmante.

-Quiero que me enseñes. Quiero que me digas qué hacer. Esto es todo lo que necesito.

-Elena, ¿estás consciente que todo esto representa casi una entrega total?

-Lo sé, lo sé. Eso es lo que quiero. Desde que te vi, eso es lo que más he querido.

Luís estaba sorprendido. Aquellas palabras de ella las guardaría por siempre. Ahora,
tendrían que sentarse para hablar sobre cómo sería la dinámica. Él, a pesar de ser un
controlador empedernido, le gustaba que su sumisa tuviese libertad de acción y
pensamiento… Siempre y cuando no se le olvidara quién mandaba.

Luego de desayunar y de la larga conversación en la cocina. Él la llevó de nuevo a su
habitación pero, esta vez, para mostrarle un poco más del mundo BDSM.

Suplicame EsclavaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora