Capítulo doce: pecado hecho carne

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Había sido un día cansado, lleno de tragos amargos hasta perder la consciencia, no quería regresar a su casa, tampoco quería escuchar de nuevo esas quejas sin fundamento sobre lo que hacía o dejaba de hacer, pero al parecer Dios no estaba de acuerdo con su alma pecadora y ahora lo enfrentaba a estar en esa situación.

¿Por qué no los dejaban tranquilos? ¿Por qué no simplemente ignoraban a su loca mujer como él siempre lo hacía? Parecía que nadie podía ignorar el hecho de un chico normal siendo sometido a la demencia de su amada madre. Al señor Kim no le cabía duda que su esposa tenía una enfermedad que la hacía perder el juicio desde que perdió a la bebé en aquel parto y después de que nació Taehyung empeoró.

Fueron minutos de diferencia, ella aún estaba llorando por la pérdida de la bebé, abrazada al pequeño cuerpo cuando volvió a sentir los dolores que la hicieron volver a empezar ese proceso de pujar, siendo bendecidos con el regalo de un segundo bebé. Un niño el cual fue la alegría de su padre al ser el primero entre tantas niñas y parecía que este solo era el dolor más grande para su madre.

Hajoon, recordaba todas esas semanas en las que la criatura lloraba hasta quedarse sin aliento, muriendo de hambre, sintiendo la apatía por parte de su madre, quien lo ignoraba todo el tiempo. Sus hijas mayores se convirtieron en una imagen maternal para Taehyung hasta que su esposa recapacitó, o quizá solo era el inicio de toda esa locura.

— Señor Kim, parece que no tuvo un buen día, ¿no es así? – el presidente del comité podía ser una molestia, el hombre se había sentado a su lado después de entregarle una jarra de cerveza mencionando que era cortesía de la casa y que correría por su cuenta el resto de bebidas.

— Ahórrese la educación barata, señor presidente, ¿Qué quiere? – mencionó con acidez el padre de Taehyung, tomando la jarra y bebiendo de un solo trago el contenido.

— Me interesa saber ¿Cómo está su familia? Imagino que no la estarán pasando del todo bien, en especial la señora Kim, con la ausencia de su adorable hijo menor, el cual parece tener cierto afecto con sus cuidadores, tanto así como para llegar al punto de mudarse al pueblo para vivir junto a ellos.

— Eso es algo que no le incumbe, señor Namjoon. Además, si no mal recuerdo son sus aliados y deben entregarle un primer informe de los acontecimientos. ¿Qué más da si mi hijo siente afecto hacia ellos? Si es verdadero o no, solo es cuestión de tiempo para que salgan de nuestras vidas y todo volverá a ser igual que antes.

— Correcto, pero sabe qué es lo más curioso – Namjoon hizo una pausa un tanto sospechosa, el señor Kim decidió ignorarlo como si lo que estuvo por decir no fuera relevante, mas sí que lo fue – verá, es demasiado extraño el hecho de que esta misma tarde quería realizar una visita a Taehyung, aunque me llevé la sorpresa de una casa vacía, me pareció un tanto desconcertante la idea de esto siendo que el doctor Jeon viajó esta misma mañana, así que la razón me dice que debería estar bajo el cuidado del Padre Jung, lo curioso de todo esto es que su hijo no se encontraba ahí, donde debería estar solo o acompañado.

El señor Kim se enderezó de manera sospechosa para Namjoon, pues sabía que estaba tomando una actitud demasiado intimidante, el presidente del comité no era tonto, tampoco había sido nombrado con ese cargo, solo por una auto proclamación fue unánime la decisión de posicionarlo con ese título gracias al discernimiento con el que tomaba sus decisiones, manteniendo el orden, hacía cumplir sus mandatos y cuidaba de todos los habitantes, hasta donde se le era posible.

— ¿Tiene una idea de dónde se encuentra su hijo, señor Kim?

— Taehyung está en un retiro espiritual con el Padre Jung, no veo por qué mantiene tanto misterio con la ausencia del doctor Jeon, siendo que ellos dos se turnan para vigilar a mi hijo, ellos jamás se descuidarían de su cuidado.

Fruto ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora