Capítulo nueve: Expiación.

2.4K 259 189
                                    

Verdaderamente, el señor coloca las tareas más difíciles para sus hijos y más fieles seguidores, pero él no había pedido aquella prueba, entonces ¿Por qué era perseguido por el menor de la familia Kim, por todo el granero? Lo que había pensado sería una tranquila hora para rezar el Ángelus, se volvió una odisea de nunca acabar.

— Padre Jung, por favor – suplicó el menor por décima vez mientras lo perseguía de un lado al otro intentando convencerlo – solo será un día. Nadie notará mi ausencia, no lo sabrán.

El Padre Jung se consideraba un hombre bastante paciente, pero el estar en aquella situación le hacía sentirse totalmente confundido, se veía de manos atadas al no poder dar una respuesta que le trajera un poco de consuelo a esa alma que imploraba ser escuchada. Jamás esperó que Taehyung se mostrara tan emocionado por un simple viaje al pueblo barquero que para él era demasiado peligroso, cualquiera sospecharía de sus movimientos.

— Deja que lo piense, esto es muy arriesgado...

— Considere esto como una oportunidad para investigar y ver todas las posibilidades. Usted dijo que debíamos agotar todas las oportunidades que se nos presentaran.

— Sí, pero nunca esperé que tu madre se entrometiera tan rápido en esto, creí que se abstendría de aparecerse, tuvimos suerte que no te encontrara dando paseos con Jeon. Esto solo levantaría sospechas de que algo ocurre.

Ambos hicieron silencio después de aquellas palabras, Taehyung sabía muy bien que su madre aparecería en cualquier momento y así fue, dos semanas parecían suficiente tiempo para la señora Kim, la excusa de un retiro espiritual ya no sería impedimento para que la mujer se apareciera en el pueblo con tal de asegurarse que verdaderamente estaba cumpliendo con su misión de conversión.

Afortunadamente, Taehyung se encontraba con Hoseok en el granero, rezando las vísperas con las que daban gracias por el día culminado. Se había ahorrado el hecho de que su madre le realizara sus incómodas revisiones después del sangrado, siempre era lo mismo, lo desnudaba por completo para inspeccionar los cambios en su cuerpo, cosa que nunca tenía resultados diferentes.

Esa visita fue la chispa que necesitaban para hacer que el plan se pusiera en marcha, dando paso para que Jimin y Yoongi partieran casi de inmediato hacia la gran ciudad. Sería un viaje de dos semanas como máximo, esperaban tener noticias lo antes posible, aunque el panorama era desalentador.

— No quiero imaginar lo que haría si en dado caso no te encuentra aquí o en la casa.

— Entonces, no existe una mínima posibilidad que me deje ir con Jungkook – el mayor debía admitir que aquel ruego parecía mucho más ferviente que cualquier alabanza por parte del chico, jamás lo había visto tan enfrascado en algo como en esos momentos – jamás he salido del pueblo, prometo que encontraré una manera para que nadie note mi ausencia.

— ¿Ausencia? – el eco de la voz de Jungkook se hizo escuchar en todo el granero, sus pasos elegantes lo llevaron hasta Taehyung y el Padre Jung quienes tenían miradas muy contrarias ante su presencia – ¿Me he perdido de algo?

— No, simplemente trataba de explicarle a Taehyung que el viaje de mañana lo hará solamente usted, por seguridad, ya que es su día libre y nadie notaría o preguntaría el porqué no se encuentra en el pueblo, pero él insiste en querer ir.

— Jungkook, por favor. Prometo que no notarás mi presencia en todo el viaje, seré como un ángel guardián, callado y... por favor.

El doctor sonrió divertido de ver aquella actitud que solo se manifestaba cuando algo verdaderamente emocionaba a Taehyung, justo como cuando salían a dar paseos por las tardes o las ocasiones que se sentaban por horas a leer aquellos libros viejos y llenos de polvo para descubrir nuevos aportes para realizar su reporte. El menor amaba ser incluido en todo aquello, incluso se veía interesado en los aspectos médicos, aunque solo fuera una excusa para pasar más tiempo con Jungkook, quien siempre era atacado con esos bonitos ojos.

Fruto ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora