7- Ajenjo

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Siete días exactamente habían pasado ya desde que estuvieron todos reunidos bajo el mismo techo de esa casa abandonada. Después de aquel momento tan incómodo el grupo decidió separarse e ir cada uno en busca de sus familiares, a excepción de Laila, quien se quedó junto al Pastor pues no tenía a nadie más.

Víctor fue el primero en irse. Lo menos que quería era estar entre ellos después de su pequeña "charla" con Patrick en la cocina, donde tuvo que recordarse que el chico frente a él era su amigo de años para no dejarse llevar por el deseo de mover las manos hacia su cuello y apretarlo como plastilina....o simplemente darle una paliza.

Patrick fue el segundo en irse. Aunque no había llegado a buenos términos con Víctor, se despidió del Pastor y las chicas prometiendo que las contactaría lo más pronto que pudiera, aunque realmente no sabía cómo lo haría ya que aún no habían reestablecido las comunicaciones y el panorama cada vez pintaba más apocalíptico.

Las mellizas partieron días después, en cuanto Shelsey estuvo mejor.

Entre todos acordaron encontrarse en la vieja iglesia del centro de la ciudad, justo al plazo de una semana sin falta junto con sus familiares, si es que habían corrido con suerte y sobrevivido todos, pues lo más lógico era estar unidos según el Pastor; que había sido muy claro al decir que lo vivido hasta ese momento ni siquiera se comparaba en calamidad con lo que estaba por venir.

Laila observó su reloj de pulsera una vez más mientras daba pequeños golpecitos en el suelo con el talón de su zapato impacientemente. Sentada en el primer banco de la fila izquierda  de la vieja iglesia esperaba y rogaba porque sus amigos regresaran. Volteaba hacia la puerta cada medio minuto con la esperanza de que en cualquier momento uno a uno entraran por esa puerta junto a sus familias, y juntos buscarían un refugio para todos.

- el tiempo no se hará más rápido o más lento, no importa cuántas veces voltees Laila- dijo el Pastor sentándose a su lado. Recostó su espalda y se dejó correr un poco hacia abajo, hasta que pudo descansar la nuca sobre el espaldal. Cerró los ojos y exhaló el aire lentamente.

- son más de las 12 de la tarde, ya deberían estar aquí todos, no creo que sean tan brutos hasta el punto de pensar que pueden salir de esto ellos mismos....tienen que regresar....tienen que hacerlo- la joven se pasó las manos por el cabello en un intento por calmar su ansiedad.

Sus ojos recorrieron la gastada estancia por enésima vez. Las paredes empañadas y llenas de telarañas, unidas al polvo acumulado por años de abandono daban a la antigua iglesia un aspecto de ultratumba; sumado al ensordecedor silencio del lugar.

-.....nunca llegué a leer Apocalipsis....solo lo intenté una vez y me pareció tan aterrador que lo dejé en el segundo capítulo....ahora veo que sea lo que fuere que estuviera escrito ahí....seguramente ni siquiera le hacia justicia a lo que estamos viviendo.-

El Pastor abrió los ojos y observó el rostro de la joven. Sus expresiones mostraban una clara aceptación de la situación.....después de desahogarse aquella tarde con él, su actitud había cambiado considerablemente....ya no se veía rastro de aquella Laila llorona y deprimida ausente del mundo....había entendido lo que había perdido y lo que estaba en juego, tuvo un arrepentimiento genuino y sabía que ahora sólo existía una forma de volver a ver a su familia y alcanzar salvación.

- he estado....tratando de....¿orar?...esta semana y....me cuesta demasiado, es como si hubiera un vacío enorme dentro de mí....como si me faltara algo......no creo que lo que digo pase del techo....- Laila se abrazó a sí misma esperando la respuesta del Pastor.

- ya veo.....ese vacío que sientes....es la ausencia del Espíritu de Dios- el Pastor se separó del espaldal tomando mejor postura y listo para explicarle.

¿ Y si te quedaras?Where stories live. Discover now