¿ Y si te quedaras?

2- Y el primer ángel tocó la trompeta

Laila miraba en estado de shock el rostro blanquecino del Pastor mientras este retrocedía unos pasos hasta perder el equilibrio de sus piernas y caer sobre sus rodillas con la mirada perdida.
Volvió el rostro hacia los invitados que habían quedado en la iglesia. Su cuarteto de aventuras de la Universidad seguía allí: Patrick, Victor y las mellizas Halsey y Chelsey, observando tan desconcertados como asustados la escena....sin embargo....el corazón le dio un vuelco nuevamente  al notar la ausencia de sus padres y su tía entre los presentes.

-...no.....no p..puede ser....- las palabras salieron de su boca sin fuerza, casi se le atragantaron en la garganta. El amor y la emoción que habían inundado su corazón hace sólo unos minutos fueron reemplazados por un sentimiento de pérdida y angustia que aumentaba mientras la conversación que había tenido con su madre la noche anterior se reproducía en su mente como una película continua que acusaba su conciencia.

LA NOCHE ANTERIOR...

- linda?....voy a entrar...- la suave voz al otro lado de la puerta sacó a Laila de su ensoñación.  Brenda, así se llamaba su madre, una señora de 45 años con una vitalidad y fuerza de voluntad increíbles. Tenía un cabello largo y negro recogido en un moño el cual daba un toque juvenil a su ya maduro rostro. Se acomodó la bata de dormir justo antes de sentarse en una esquina de la cama frente a su hija.

- qué sucede mamá?- dijo Laila que observaba su reflejo sentada frente al espejo de la cómoda mientras retocaba el contorno de sus cejas por milésima vez. El rostro serio, y el silencio de su madre le hizo voltear para prestarle más atención.

- ¿qué pasó? ¿Discutiste con papá? ¿Por qué tienes esa cara?-

- ......Christian llamó....hablé con él...se irá de la ciudad temprano en la mañana- la intuitiva mujer escudriñó las facciones del rostro de su hija con sumo interés.

- ¿en serio?....¿se va?.....- Laila decidió guardar silencio y mantener la aparente calma, bastante tenía ya con la forma en que su madre la miraba y la obvia intención con que le había dicho esa noticia.

Su pequeña  familia siempre había sido cristiana. Desde pequeña fue criada bajo la creencia en Dios y los fundamentos bíblicos de vivir de una manera correcta, aunque no creía del todo, simplemente se dejaba llevar por hacer felices a sus padres y porque se consideraba una buena persona. Las cosas mejoraron cuando conoció a Ian, uno de los nuevos miembros del coro de la iglesia.
Su amor floreció como la primavera, hasta el punto en que decidieron presentar su noviazgo y más adelante dar el paso tan esperado.
Brenda se cruzó de brazos sin apartar la vista de su hija.

- Christian y tú han sido mejores amigos desde el jardín de niños...siempre se habían llevado tan bien...y de un tiempo para acá se han distanciado, no creas que no lo he notado cielo-