4- El buen pastor

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5 DÍAS ATRÁS

Domingo, 3:00 de la tarde.
El sonido de unos pasos cansados hizo eco en la sala de una modesta casa pastoral. Rick se movió por la estancia con un cigarro encendido en la mano, dándole lentas caladas mientras arrastraba lentamente los pies hasta llegar a su sillón favorito frente a la televisión.
Dejó caer su agotado cuerpo sobre este quitándose los zapatos con los pies; cerró los ojos y apoyó su cabeza al espaldal antes de volver a inhalar el humo del cigarro.

A sus 40 años, ese particular hábito se había convertido en su única via de escape, con la que podía huir de la presión sin sentirse juzgado por sus miedos, fracasos y remordimientos internos.

Abrió los ojos nuevamente y recorrió la silenciosa estancia con la vista.....numerosos diplomas y certificados adornaban las paredes blanquecinas:

"Rick Richardson, Certificado de Ministerio Pastoral"

Pero lo que más predominaba eran las fotos con su adoraba Vivian: su primera cita, la primera foto juntos, el día de su boda....
Cada foto le sacaba sonrisas nostálgicas, seguidas de un arraigado sentimiento de amargura, especialmente en ese día.

- no es justo....no debió pasar....no debió pasar- la frase se repetía en su boca siempre que se sentaba y contemplaba las fotos.

- 5 años ya...5 años, exactamente hoy....no pudiste simplemente dejarla conmigo.....tenías que....llevartela...¿No?- dijo mirando vagamente al techo y dando otra calada a su cigarro.

- ¿por qué?....¿ah?....¿por qué?...¿por qué?....¿¡POR QUÉ?!- repetía la misma pregunta una y otra vez obteniendo como respuesta nada más que un silencio rotundo.

Llevaba todo el día aguantando, usando una máscara demasiado bien preparada, soportando el peso de la congregación y contestando y aclarando toda duda; ayudando a tantos como podía. Ese era su deber, aunque por dentro estuviera más seco espiritualmente que la mano de un leproso.

Se sentía sólo, cansado. Cada pregunta seguida de silencio. No hacía más que aumentar el rencor que tanto tiempo llevaba guardado en su corazón.
En un arranque de ira apretó el cabo del cigarro en su mano y se puso en pie. Lanzó los restos reducidos de cenizas al suelo y gritó a ningún lugar.

- ¡¡siempre te obedecí!! ¡¡en todo!!..¡¡EN TODO!! !!NI SIQUIERA TE RECLAMÉ CUANDO ELLA ENFERMÓ PORQUE CREÍA FIELMENTE QUE LA SANARÍAS!!-

Justo frente a él había una pequeña mesita de centro hecha de madera. Fue el objetivo perfecto para canalizar su ira. La diminuta mesa voló por los aires seguida de un fuerte gruñido cargado de dolor y frustración.

- ¡¡PASÉ  DIAS Y NOCHES ENTERAS ORANDO Y AYUNANDO!! ¡¡ROGANDOTE POR UN MILAGRO Y NADA!! ¡¡NI SIQUIERA TE MOLESTASTE EN RESPONDERME!! ¡¡ NADA DE NADA!! ¡¡SÓLO TE LA LLEVASTE Y YA!!...¡solo t....te la...llevaste!- cada palabra dolía y quemaba como hierro encendido en su boca. Su Vivían....su adorada Vivian...

¿ Y si te quedaras?Where stories live. Discover now