Capítulo 24

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-¡Rubén apúrate o me voy solo!

-¡Te hago recordar que es mi familia!

Sam río acomodándose el gorrito de lana en su cabeza, ya comenzaba a hacer frío y se podía notar en la cantidad de ropa que llevaba por obligación de Rubén, no quería que se enfermara ahora embarazado

-¿Le avisaste a tu madre?

-Sí, está feliz de que vayas, no te ve hace dos semanas-Rub se agachó a la altura de su vientre- Extraña a estos pequeños

El omega sonrió al sentir un beso en su vientre, después de la visita de sus padres y los varios mensajes que le mandaban avisándole que se quedarían en la ciudad Rubius había tenido el miedo de que el estrés y tensión del pelinegro afectará el embarazo, así que se mostraba mucho más cariñoso que antes, incluso tenía charlas interminables con los bebés

-Por cierto, te queda linda la ropa de embarazó

-Cállate, no puedo ponerme ni mis botas de tacón porque mis pies están hinchados

-No es tan malo, yo tengo que soportar tus cambios de humor- Sam lo miro mal

-Lo dice el que no se cuida la piel para que no le salgan estrías ni soporta que el pecho le duela

Rubius río antes de tomar su mano y dejar un beso en ella para llevarlo fuera del departamento, Sam se dejó llevar por el alfa, le gustaba que lo guiará sujetando su mano.

Al llegar al coche suspiro cuando sintió el asiento, su espalda comenzaba a doler producto del embarazo haciendo que caminar comenzará a ser una real tortura. Rubius se subió después para comenzar a conducir

-¿Crees que tu madre haga sus galletas? Tengo hambre

-Tienes hambre todo el tiempo

-No me culpes a mí, culpa a tus hijas

-Dile eso al señor de la pizza que te trajo una con anchoas y piña-Rub hizo una mueca de asco- Ni si quiera sé cómo la comiste

-Ya lo hablé con ellas, el vídeo tiene pruebas de lo que me hacían comer- Sam acarició su abdomen- Creo que a una le gusta el salado y a otra el dulce ¿o no cariños?

-Ojalá que ahora que escuchen a la abuela se muevan, llevo esperándolos desde hace días-Rub hizo puchero antes de sentir la mano de Sam

-Lo harán, dales tiempo, aunque prefiero que no se muevan mucho, Kris dice que así será más difícil ver su sexo

-¡Un hombre por favor!

-Yo soy feliz si están sanos, pero si una de ellas es mujer seré más feliz

Rubius negó con la cabeza divertido concentrándose en el camino, por su parte Sam se dedicó a acariciar su barriguita ya más notoria, los bebés estaban entrando a su quinto mes de gestación y estaban emocionados por sentir sus primeros movimientos y pataditas

Pero también el miedo de que algo les pasara a los bebés seguía, y es que en un omega sin marca ni alfa el peligro estaba hasta el quinto mes, cosa que asustaba a los dos. Tal vez es por eso que habían pensado que un día con la familia Doblas les haría bien

Rubén se estacionó fuera de la casa de sus padres, salió con rapidez para luego ayudar a Sam, el pelinegro lo miro con reclamo, siempre estaba sobreprotegiéndolo, y aunque en el fondo le encantaba también quería que Rubius deje de estar tan estresado

-Estoy bien, puedo solo, aún no pesan tantos

-Aun así

-Rub, cariño- Sam se detuvo de caminar preocupando a Rubén- No es nada, solo un calambre

||Era solo por una noche|| 🍼Where stories live. Discover now