》Escuela《

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—Okey, tú puedes Sara. Sólo es la escuela ¿Qué tan malo puede ser?

Pakkun observa a la muchacha acostado en la cama de Kakashi mientras esta se encuentra mirándose frente al espejo y dándose ánimos.

—Rojita, ¿Por qué tardas tanto? No es tan malo ir a la escuela. El jefe iba sin quejarse.

Sara rodó los ojos y se separó de su reflejo. —Probablemente nadie se metía con ese tipo. Tampoco tendría problemas en ir a la escuela si todos quisieran ser tan geniales como yo, pero no es el caso.

—Hm...

Luego de unos cuantos minutos al fin Sara salió del departamento con una coleta descuidada y su uniforme limpio. Caminaron por la concurridas calles hasta llegar a la dichosa plaza donde solían verse Kakashi y ella hace unos años.

—No dejan pasar perros... —dijo consternada.

—No te preocupes rojita, puedo entrar sin que me vean, y además te vigilaré desde los árboles. Y si necesitas ayuda sólo grita mi nombre.

Ella suspiró y de mala gana dejó allí al pug para caminar un poco hasta la entrada. Antes de cruzar volteó a verle y con un suspiro se adentró.

Nada había cambiado, lo recordaba tal cual y no extrañaba nada de lo que había ahí. Al entrar a su salón sintió la mayor vergüenza del mundo, pues todos se le quedaron mirando como si se tratar de un alien. Agachando su cabeza se sentó casi al final, pegada a la ventana para poder mirar por allí sin prestarle atención a las miradas furtivas.

"—Puedes estar tranquila, nadie sabe de tu situación, sólo los docentes están informados".

Eso le había dicho la directora, pero algo le decía que no era así.

Cerró sus ojos y pensó en Kakashi, fué lo primero que vino a su mente, llevaba ya una varios días sin verlo, debía regresar hoy, si todo iba bien. Extrañaba la rutina que habían formado, y el levantarse oliendo a él.

—Hey, ¿eres a la que violaron, no? —una chica preguntó tratando de disimular. Sara la ignoró sintiendo dolor en su pecho.

—Claro que es ella, que sórdido, acostarse con tu tío, qué tan enferma tienes que estar —dijo la rubia novia de Riko.

Algunas risas y miradas de pena acompañaron su comentario. Sara sintió sus ojos picar, y se odió por sen tan débil, pero no podía, aún dolía, aún lo recordaba con fuerza, aún tenía miedo y pesadillas, no era justo.

—Que zorra...

—¡Hey, ya basta todos! —Miss Alice intervino mirando a Sara con pena, había escuchado parte de la conversación antes de entrar al salón.

Se hundió en su asiento deseando simplemente no existir.

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—No olviden el ensayo para el martes.

La voz de su maestra le sacó de sus pensamientos.

Los adolescentes fueron saliendo uno a uno por la puerta huyendo hacia su libertad, las clases oficialmente habían terminado por hoy. O eso pensaba ella, pero al parecer el mundo tenía otros planes.

—¡Ya déjame en paz Riko! —le gritó ya harta de las molestias que le hacían, pronto se arrepintió al ver su ceño fruncido y como sus dos amigos se acercaban de manera más intimidante.

—Ya cállate, a nadie le importa lo que quieras.

—Pobrecita, cree que es relevante —dijo uno, Sara nisiquiera conocía su nombre.

One-shots de《Kakashi Hatake》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora