¿Has estado alguna vez en Estocolmo?

Parte 21

Aunque el whisky de fuego le sabía bien, se estremeció e hizo una mueca como lo había hecho con el primer sorbo, el calor se extendió desde su garganta hasta su pecho. Cuando luego dejó el vaso y miró a Black, esperando lo que sucedería a continuación, solo estaba sacando su varita, sonriéndole a Draco y dándole un ligero movimiento. Varias llamas delgadas y brillantes salieron disparadas de su extremo, seguidas de otras más largas que volaron en todas direcciones, después de un tiempo hicieron un estallido sordo y se rompieron en muchas chispas más coloridas que cayeron lentamente.

Draco había visto estos fuegos artificiales en miniatura antes, pero no se le había permitido encenderlos antes. ¿Pero ahora?

También sacó su varita con una expresión ansiosa.

"Solo tienes que concentrarte mentalmente en la palabra Vermillion y tal vez en un color si quieres que las chispas tengan solo uno", le informó Black y mientras seguía creando chispas él mismo, también miraba a Draco. Después de unos momentos, el hechizo funcionó, por lo que su entorno pronto se llenó de tonterías estruendosas, brillantes y coloridas en las que podía mantener sus ojos.

Era un hechizo simple, pero le gustaba su efecto. Se dio cuenta de que Vermillion no era completamente inofensivo en el momento en que Black se atrevió a usar su versión más fuerte, sin embargo, probablemente no esperaba cuánto más fuerte sería al final. Tan pronto como agarró la cortina junto con la funda de la silla, ambos se miraron con leve pánico, pero Draco pronto respondió con un hechizo que controló con seguridad. Pero obviamente solo en un estado sobrio.

"Las varitas probablemente escuchen menos a un hombre cuando tiene dos vasos de whisky, ¿no?" preguntó el rubio sorprendido, bajando la mano de la varita como si estuviera en un sueño.

Su Aquamenti no solo apagó cualquier señal de fuego en la habitación, sino que la abrumadora ola los empapó de manera confiable. Draco negó con la cabeza, pero finalmente tuvo que apartar los mechones húmedos de cabello de su rostro con las manos. Miró molesto a Black, qué diría él a eso. La primera vez que lo vio, sin embargo, hizo que Draco se riera.

El cabello generalmente ondulado de Black estaba pegado a su cabeza, su largo cubría toda su cabeza y el agua goteaba de las puntas.

"Pareces una gallina mojada" se rió Draco infantilmente, sin ninguna ambición de detenerse. La débil voz de su conciencia le dijo que se arrepentiría al día siguiente, actuando como un bufón y un poco irresponsable, pero el whisky le había pasado factura, y cuando Black se echó el cabello hacia atrás, Draco pudo ver que el agua estaba goteando de su barba, por ende, comenzó a reír incontrolablemente.

Se dejó caer en el sofá sosteniendo su estómago mientras Black murmuraba algo para sí mismo antes de darle a Draco una buena mirada.

"Bueno, no te ves mucho mejor", se rió entre dientes, pasando una mano por el cabello ahora ligeramente calmado de Draco.

El joven, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá, fijó sus ojos grises en el rostro de Black, su respiración poco a poco volvía a la normalidad, pero con ese gesto, el Gryffindor hizo que el corazón de Draco siguiera latiendo como si estuviera asustado. Qué fácil sería... acercar esos pocos centímetros a él, pensó mientras no podía apartar los ojos de los traviesos destellos en la mirada de Black.

Se sentía terriblemente extraño, extrañamente perdido en ese momento en que nada los molestaba, cuando el alcohol ayudaba a sacar de sus cabezas los pensamientos sobre el mañana y el ayer. Todo lo que quedaba era la presencia. Agradable, alegre, aparentemente despreocupado, pero todavía anhelando algo, queriendo más, esperando, tal vez demorando...

No estaba seguro de si realmente podía verlo en el rostro de Black o si era producto de su mente aturdida, si vio los ojos del Gryffindor entre los de Draco y sus labios, tal vez su camisa empapada, no estaba seguro, pero si, si, quería, quería estar más cerca de él, quería, lo quería con fuerza.