¿Destino?

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No puedo.

No he podido...

Todo se fue volviendo blanco y la sensación de 3 kilos aplastando mi nariz se iba intensificando hasta llegar al punto de cortar mi respiración.

-¡Boro! –desperté de golpe, quedando sentada en mi cama, haciendo que el cachorro resbalara a mi costado. Mis ojos se entrecerrando por la intensa luz del sol que traspasaba las cortinas. Me quede por varios segundos en la misma posición, con nada en la cabeza y acariciando el suave pelaje de Borito.

-¡Al fin despertaste! –entra Daniel sin si quiera  tocar la puerta, con un vaso de jugo en la mano. Borito se paró y comenzó a mover la colita y a dar vueltas en la cama.

-El jugo no es para ti Boro –reí.

-¡Que no se llama Boro! –gritó Daniel.

-Ay, es un buen nombre –respondí, rodando los ojos.

-No, aun es SinNombre.

-No creo que encuentres algo mejor que Boro.

Daniel me pasó el jugo y se agachó para jugar con Borito que ya estaba en el suelo trepándose a su pierna.

-Tómalo rápido que no nos queda mucho tiempo y aun te falta mucho que arreglar.

-Ya, ya, tranquilo –dije y tomé un sorbo del jugo. Un borroso recuerdo del sueño que tuve vino a mi mente, intenté aclararlo pero con cada intento se hacía más borroso, lo único que quedaba en mi era una sensación extraña, algo similar a cuando tienes una pesadilla y te quedas el día completo con una sensación fea, sólo que esta no era fea sino rara.

-¿Pasa algo? –Preguntó Daniel, seguramente al notar mi mirada perdida en el jugo -¿Está feo?

-No, no –dije agitando la cabeza –Está muy bueno.

-¿Entonces? –preguntó. Boro le mordía la mano pero él no le daba importancia.

-No sé, lo que soñé me dejó una sensación extraña –solté un suspiro.

-¿Qué soñaste? –dijo alzando una ceja.

-¡Eso es lo que intentaba recordar pero interrumpiste!

-Pero es que veías mi jugo con desprecio.

-Ah, bueno, siendo sincera... tiene mucha azúcar.

Daniel me fulminó con la mirada.

-Anda Sin nombre, atácala –dijo dejando a Borito en mi cama y señalándome, pero lo único que hizo el cachorrito fue treparse y lamerme la mejilla -Qué inteligente SinNombre, déjale un virus mortal.

-No seas idiota –le lancé una almohada.

-Bueno te dejo para que termines tus cosas –dijo Daniel mientras retrocedía hacia la puerta –Ah por cierto, casi lo olvido... Vendrá William a ayudarnos.

-¿Willi...? -mi mente se quedó en blanco.

-Am... -completó Daniel.

-¿El que vino a jugar Póker el sábado?

-Ajá –asintió el castaño y rio –Por un segundo pensé qué... -hizo una pausa como si se hubiera arrepentido de lo que iba a decir -Nada.

-¡Dilo! Sabes que odio que hagas eso.

-Sólo... Nada –bufó- Olvídalo.

~

Intentaba pensar en Boro, en la mudanza, en comida, en el examen que tenía la próxima semana pero la sensación no se iba. Cerré los ojos y dejé el agua recorrer todo mi rostro, logré poner mi mente en blanco y comenzaba a relajarme pero unos fuertes golpes en la puerta me hicieron dar un pequeño salto de susto, maldecí.

Te quiero a mi lado (Willyrex y tú) (Segunda Temporada de Estás en mi camino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora