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Breve descripción: Los lazos del alma son igual de fuerte que los de sangre.

Nota: continuación de la sección 12 del primer libro de one-shots.



Kaigaku caminaba a paso rapido y firme rumbo a la montaña Natagumo, en su espalda llevaba la caja de madera que contenia al pequeño demonio de cabellos rubios, el cual dormia profundamente.

El ojiazul echó un vistazo por sobre su hombro sin detener su caminata y soltó un gruñido molesto, el cerdo, la niña endemoniada y el frenton sonriente aún seguian detras de él. Esto lo mantenia en alerta, pues no confiaba en ninguno de ellos.

¿Por qué?

Bueno, para empezar a la niña endemoniada no le agradaban los demonios -ironico pero cierto-, el jabalí solo queria que Zenitsu se recuperara para poder pelear contra él; y el raro de la cicatriz sonreia mucho, demasiado, y es claro que las personas que sonrien mucho ocultan algo -no sé puede ser tan feliz en esta vida de mierda- y su frente dura le confirmaba que era una potencial amenaza.

—Kaigaku-San. —llamó el pelirrojo con voz tranquila.

—¿Qué mierda quieres? —gruñó sin apartar la vista del camino.

—Podria ayudarte a llevar la caja, si quieres. —se ofreció amablemente el de aretes hunafuda, ya que el pelinegro estaba algo herido tras la pelea con su hermana.

—No necesito tu maldita ayuda. —respondió apurando un poco más su paso, entre más rapido cumpliera la misión más rapido perderia de vista a esos idiotas.

Desafortunadamente para el pelinegro tuvieron que hacer una parada en una de las casas de glicinas para tomar un descanso y comer algo, orden de los malditos cuervos y el estupido gorrión del demonio, por lo que el usuario de la respiración de rayo no pudo objetar nada al respecto.

Al llegar al lugar una señora anciana los recibio con amabilidad y los guio al interior de la casa, el ojiazul dejo la caja de madera en una esquinas con un suspiro, su cuerpo dolia horrores por lo que maldijo en voz baja. La dueña de la propiedad los habia dejado solos para preparar el almuerzo y él tenia que aprobechar esto para poder ver mejor las heridas del demonio.

—Eyy, frenton, cierra las ventanas. —ordenó.

—Es Tanjirō Kamado. —dijo el burdeo pero de igual forma acató la orden del mayor.

—¿Qué piensas hacer? —cuestionó la unica chica del lugar entrecerrando los ojos entorno a su figura.

—Que mierda te importa. —respondió con un gruñido para acto seguido abrir lentamente la puerta de la caja , ignorando por completo la mirada del burdeo tras hablarle de esa forma a su hermana —Eyy, enano, despierta. —dijo con un tono menos agresivo pinchando la mejilla del demonio, el cual soltó un quejido para luego abrir peresosamente los ojos y mirar al mayor con enfado —No me mires así o te sacare afuera para que te vuelvas cenizas. —amenazó ganandose un chillido de parte del rubio.

—¡Ya! ¡Estoy despierto! —respondió con voz asustada para luego salir de la caja a toda prisa, sin volver a su tamaño real.

Kaigaku sonrió con superioridad al verlo obedecer y luego tomó al niño rubio en brazos para dirijirse al baño, ambos debian de ducharse.

—¿A dónde van? —preguntó el jabalí con curiosidad, pero el pelinegro no respondió.

Al entrar al baño cerró la puerta y dejo al rubio en el piso, le ordeno al menor que se quitara la ropa y antes de dejar que se dirigiera a las duchas reviso como iba el proceso de reparación celular en la herida de su pecho, soltó un suspiro al notar que ya estaba casi curado.

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Jul 07, 2023 ⏰

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One-shot's. 2 [TanZen] Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ