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Breve descripción: De vampiros y hombres lobo...



Rokuta siempre fue un cachorro muy curioso, le interesaba mucho conocer que habia más allá de la montaña en la que vivia, es por eso que en cuanto sus padres y hermanos mayores salieron de caceria él se quedo en casa junto a Shigeru y Hanako. Decidio que esta era la oportunidad que estaba esperando para poder explorar más alla de los limites.

Sin embargo sus hermanos restantes aún seguian siendo un problema, ellos lo detendrian mucho antes de poner un pie fuera de su casa y si es que lograba salir aún así lo rastrearian antes de poder salir del pueblo.

Pero con tan solo cuatro años habia observado y analizado el comportamiento de su famila y la gente del pueblo -también ya lo habia intentado muchas veces antes como para aprender de sus errores-, ahora tenia un plan que no fallaria. Después de todo era un Kamado y ellos suelen ser tercos, así que seguiria intentando hasta lograrlo.

Tomó una pequeña mochila donde llevaba algo de comida y su peluche de conejito, para luego tomar una almohada de su cama y subirse a la ventana de su cuarto, dejo caer la almuhada del otro lado y luego bajo él, cero golpes esta vez.

Caminó por su patio trasero y se lanzó en un charco de lodo que previamente habia preparado para cubrir su olor del olfato de sus hermanos, claro que contra la nariz del mayor no podria ocultarse tan facilmente, pero Tanjirō no estaba cerca por el momento.

-¡A la aventura! -susurró con emoción para luego empezar a correr lejos de su hogar.

Shigeru estaba en el baño y Hanako estaba ordenando la sala, no tardarian mucho tiempo en notar su ausencia y poner en alerta a toda la manada, tenia que darse prisa para bajar la montaña y cruzar el pueblo.



¡Lo habia logrado!

Salió del pueblo y ahora estaba siguiendo un sendero con la luna como unica compañia, si, ya habia anochecido, lo cual era algo preocupante.

A las siete de la tarde emprendio la huida lejos dd su manada y -quizás- ya eran las once de la noche, ¿su familia no deberia de haberlo localizado ya?

De pronto la naturaleza que siempre le resulto hermosa se habia vuelto un poco aterradora esta noche, figuras deslizandose en la oscuridad y sonidos extraños aquí y allá. El frío del ambiente recordandole su falta de abrigo y su mochila liviana avisandole que ya no le quedaban más dulces para el resto del viaje.

Sin embargo eso no era lo peor...

No, lo peor era la sensación de ser observado como una preza potencial por alguna creatura que no podia ver, apuro el paso sujetando con mayor firmesa las correas de su mochila pero eso no fue suficiente para huir de los ojos que lo seguian desde algún lugar.

Un grito fue lo que solto cuando de pronto vio a sus pies alejarse del suelo y al alzar la mirada noto unos ojos azules brillantes mirarlo con asco para luego ser soltado por esa creatura con alas negras.

Cerró los ojos esperando el golpe mientras que el terror lo invadio y las lagrimas empezaron a salir de sus ojos mediante la caida, sin embargo alguien lo atrapo antes de impactar contra el suelo.

-¡Eres idiota! -la voz de su salvador se escucho y el abrio los ojos para observarlo -¡Es apenas un cachorro! -un chico de piel palida, colmillos, cabello rubio con terminaciones anaranjadas y ojos miel junto a una extraña pero elegante vestimenta se mostraba enfadado gritandole al cielo.

De pronto algo bajo desde las alturas quedando a unos metros de ellos.

-Cachorro o no, es un lobo y esta en nuestras tierras. -gruñó el hombre de cabello negro y ojos azules, ¡era el monstruo que lo agarro hace un momento de su mochila y lo elevo varios metros sobre el suelo! -Así que o lo matas tú o lo hare yo.

Esto dejo temblando al pequeño Rokuta, quien se abrazo al rubio temblando ante la mirada fría y amenazante del otro hombre en el lugar.

-Yo lo hare -dijo con tranquilidad para sorpresa del cachorro -, tú sigue con el patrullaje o el abuelo se enojara.

Kaigaku gruñó siendo conocedor de que en verdad su hermano no le haria daño al perro pulgoso que se encontraba entre sus brazos.

-No tardes mucho. -ordenó transformandose en una creatura con alas grandes que emprendio vuelo y se perdio entre el manto de oscuridad.

-Y... Ya se fue. -avisó mirando al pequeño niño que tenia en sus brazos y sonriendo para calmarlo -Bien, ¿Sabes desde que dirección viniste? -consultó dejando confundido al pelinegro.

-¿Eh?

-Tengo que regresarte a tu hogar. -explicó el rubio -Pero necesito tu ayuda para eso.

-Oh... -dijo comprendiendo que en realidad el ojimiel no le haria daño -Vengo de allí. -dijo señalando las montañas que se veian en el horizonte.

-¿¡Caminaste desde alli hasta aquí!? -exclamó impresionado y preocupado, unos cuantos kilometros más y el pequeño habria llegado a la ciudad, donde habian variedad de criaturas y donde habian muchos peligros para un cachorro de lobo.

-Sip. -respondió el ojirubi, la verdad no se habia fijado cuanto se habia alejado de su hogar.

-Okey. -se dijo a si mismo el rubio intentando calmarse -Te llevare volando. -anunció algo dudoso, ¿lograria regresar a su hogar antes de el amanecer?

Bueno, si no lo hacia su abuelo lo estaria esperando con bastón en mano, listo para reprenderlo, y el realmente no queria recibir ningún golpe de parte del anciano.

-¿Cómo te llamas? -preguntó el menor sacando al rubio de sus pensamientos -¿Y qué eres? -interrogó con un brillo curioso en su mirada.

-Oh, mi nombre es Zenitsu Agatsuma y soy un vampiro. -respondió con una sonrisa ante la mirada sorprendida del infante -¿Y tú?

-Soy Rokuta Kamado y soy un lobo. -dijo señalando sus orejitas, a lo cual el rubio tuvo que contenerse para no abrazar al pequeño cachorro, de verdad que era una cosita muy adorable y tierna -Nunca he visto a un vampiro. -comentó inclinando un poco su cabecita para mirar al ojimiel con una sonrisa -Pero eres lindo.

-¡Awww! ¡Tú eres una cosita muy tierna! -chilló no pudiendo evitar abrazar al pelinegro con cariño -¡Quizás deba conciderar la opción de adoptarte!

-Lo siento Zenitsu-San, pero extraño a mi familia y me gustaria volver con ellos. -se disculpó el niño con algo de pena mientras hacia un puchero.

Zenitsu se entristecio un poco sin embargo sonrió de todas formas ante el pequeño, de todas formas su abuelo nunca dejaria que un lobo entrara en su casa.

-Ohh... Es una lastima. -comentó el rubio -Bueno, sera mejor que nos apuremos entonces, tus padres también deben de extrañarte.

Emprendió vuelo tranformado en un murciélago de gran tamaño y con el niño en su espalda.



Espero disfrutaran de su lectura :3

One-shot's. 2 [TanZen] Where stories live. Discover now