CAPITULO 2

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Mi graduación ha terminado, las fotos han sido perfectas, mi peinado correcto, ni hablar del maquillaje, todo ha salido tal como lo planee hace meses, a excepción de una cosa, una mala jugada por parte de mis mismísimos progenitores. La verdad es que estoy muy enfadada con ellos, no quiero ni mirarles pero tengo que hacerlo, ellos pagan mis tarjetas. Me he despedido de Mia con mucha tristeza, pero ella parecía emocionada de que conociera un vaquero guapo, incluso me ha dicho que puede visitarme después ya que irá a visitar a sus abuelos, pero a comparación de los míos, los suyos viven en un lugar civilizado y moderno.

Agh, quiero llorar

Camino hasta mis padres a paso lento mientras los observo, ellos parecen felices porque acabó de concluir una etapa importante de mi vida y comenzaré una nueva, pero yo no puedo pensar en eso, solo en el peor verano de mi vida que está por comenzar.

—Felicidades hija, ya serás toda una universitaria en unos meses— me felicita mi madre dándome un abrazo, el cual correspondo. Estoy menos enojada con ella.

—No sabes lo orgulloso que estoy de ti— comenta papá acercándose a abrazarme, pero no lo correspondo, solo dejo mis brazos a los lados de mi cuerpo. —Que me hagas la ley del hielo no impedirá que vayas a Wyoming— murmura.

—Papá, por favor te lo pido, te lo ruego de rodillas cuando lleguemos a casa y me arrodille en un tapete, déjame aquí, déjame pasar mi verano aquí en Nueva York— junto las palmas de las manos y lo miro con ojos de cachorro.

Me mira serio y mueve un poco su boca como pensando algo, reconsiderado algo...

—No, así que ya vámonos porque las maletas ya están en el auto— sonríe tiernamente. Pasa uno de sus brazos sobre mis hombros y me guía para caminar mientras toma la mano de mi madre.

¿Qué hice para merecer esto?

¿Acaso mis padres ya no me quieren?

¿No soy tan bonita?

Soñaba con tener un novio de verano para después vivir nuestras vidas en Nueva York, ahora eso no podrá pasar, porque el chico que me gusta se quedará aquí, y yo a comparación de él estaré a otro lado del país entre campiranos feos y que probablemente huelen a vaca.

Los tres salimos del salón de gala donde ya ha terminando la ceremonia de graduación, bajamos las escaleras hacia la acera, papá levanta la mano llamando al chófer para que llegue al frente por nosotros. David el chófer baja del auto y lo rodea para abrirnos la puerta.

—Hola señor y señora Glasnow— les saluda con una sonrisa. Mis padres suben con rapidez en sus movimientos, mientras tanto yo arrastro mis pies como si eso fuera a hacer que no me lleven a wyoming.

—Hola David— susurro con desgana.

—Hola señorita Leah, felicidades por su graduación.

—Felicidad es lo último que existe en mí ¿Podrías dar muchas vueltas hasta que perdamos el vuelo a Wyoming?

—Creo que si hago eso podría costarme mi trabajo.

—Por favor.

—Lo siento...

—Leah, deja de tratar que David atrase lo que tiene que pasar, súbete ya— habla mi padre desde dentro del auto.

Suelto un quejido y nuevo mi cuerpo en una clase de mini berrinche, sin más que hacer me subo al auto y me cruzo de brazos.

—Quítate la toga y el birrete, el vestido que traes debajo es lindo y cómodo para viajar— comenta mi madre.

—No puedo ir a Wyoming, mi ropa no es apta para esos lugares, mucho menos mis zapatos— señalo los tacones que llevo puestos— te costaron mucho papá, debes de cuidar tu inversión.

Un Verano Para El AmorKde žijí příběhy. Začni objevovat