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—¿Pediste tus deseos?— Su padre la mira con una pequeña sonrisa.

Olivia también lo hace, dándose vuelta con su copa de champagne sin tocar en su mano.

Estaba embarazada.

Lo había confirmado el mismísimo Iván y aquello había sido muy incómodo para todos.

Más aún para Olivia que quería mantenerlo en secreto y de esa manera poder disfrutar de la sorpresa que le había regalado su marido para poder celebrar las fiestas junto a su familia.

—¿Lo recordas?— Lo abraza de costado.

Su padre besa su coronilla. —Espero este momento de fin de año para verte hacerlo, y se qué pedís siempre lo mismo, aunque este año vino con una familia más.— Sonríe, señalando con la cabeza hacia atrás.

Dónde la familia de Iván, junto a Elían y sus hermanos, se siguen saludando y brindando por el año nuevo, con carcajadas y sonrisas de por medio.

—Si, es lo único que importa, la familia.— Suspira.

Era una mezcla extraña de emociones y lo peor de todo es que se sentía de esta manera un poco más de caída luego de la conversación que había tenido para con Iván, la cual sabía perfectamente que el mejor amigo de su esposo tenía mucha razón, y la había hecho caer de la burbuja de emoción y de alegría que tenía al haber estado pasando toda esta semana de disfrute junto a su familia.

Conociendo a la hermana de Iván, y pudiendo pasar un poco más de tiempo también con sus padres, como si fuera una especie de día de campo familiar, se había sentido algo muy simbólico y por sobre todas las cosas sencillo, era como si todos congeniaran, de la misma forma que se sentía para con su mejor amiga, no tenía que mentirle, June, sabía absolutamente cada punto y coma de su vida, y gracias a que lo sabía era que no la juzgaba y la aceptaba de la manera en la que fuera.

—Te amamos, y estamos orgullosos de vos, tu madre más, yo creí qué esto no funcionaría, conocí a los temperamentos de ambos y sabía perfectamente que podía ser una locura total, pero ella te veía reflejada y a él en mí cuando nos conocimos.— Suelta una jocosa carcajada.

Olivia infla su pecho, era incontable las veces que su madre le había hecho el mismo comentario y siempre terminaba en que claramente le tenía que dar la razón, era imposible no ponerse a pensar que al principio todo aquello parecía una terrible locura, que no había forma de que pudiera intentar comprender las palabras de su madre, el amor había podido más, ya no se trataba de si alguien había ganado o había perdido, se trataba de haber encontrado lo que muchas personas están buscando a cada segundo de su existencia, Olivia no lo estaba buscando, Elían menos que menos, y de esa extraña conexión, y de la forma tan peculiar que tuvieron en conocerse había nacido algo verdaderamente increíble.

Olivia sabía perfectamente que no podía tan solo hablar de la relación que tenían ellos dos, sino que también estaba englobando la amistad y esa especie de hermandad y complicidad que había logrado conseguir para con Iván, de la misma forma que sus dos hermanos habían podido limar cada una de esas asperezas con ellos dos y todo parecía fluir de una manera realmente mágica.

Pero no era magia, era el poder de saber perdonar y por sobre todas las cosas de poder escuchar al otro.

De comprenderse y dejar a un lado la rivalidad, de no solo pensar en uno mismo sino que también ponerse en el lugar del otro y darse cuenta de que lo que pasó con Samantha, fue una completa desgracia, parte de toma de malas decisiones, por parte de ambos, qué será con algo que tendrán que cargar para el resto de su existencia, porque lamentablemente no hay manera de que puedan hacer borrón y cuenta nueva y dejar de pensar en eso día tras día, pero lo que pueden hacer es ver las cosas de la forma más positiva posible, aprender de esos errores como están haciendo ahora mismo y valorar la vida de otra manera, dándose cuenta de que ya no están para ir y venir con problemas de discusiones.

—Gracias por esto, sé que no Peter ni yo queremos pedirte ayuda, pero lo de la familia de Iván era algo inminente, y nos salvaste el pellejo.— Lo vuelve a abrazar.

Estaba aprovechando la mayor parte del tiempo posible para hacerlo, porque no tenía ni la menor idea de cuándo podría volver a ver a su familia, usualmente solo lo hacían dos veces al año y eso era muy poco para ellos, pero era la manera que tenían de mantenerse a salvo, un trabajo de esa índole y toda la fama que habían logrado tener cada uno de ellos tanto por separado, como así también en conjunto, traía recompensas...

Y así, también, traía la necesidad de mantenerse al resguardo y alerta continuamente.

—Jamas les saco un ojo de encima, y no lo haré por más que tengan ochenta años cada uno, son mis hijos, lo más preciado qué tenemos del amor entre tu madre y yo.— Besa su frente.

Ivan pasa por delante de ellos, mirando con sus ojos achinados a Olivia, portando un arma qué se nota por encima de su camisa y siquiera se molesta en ocultar.

La rubia suspira y aprieta sus labios.

Su padre sonríe por aquel gesto.

—Ustedes dos, en serio parecen hermanos.— Se burla.

Ella infla su pecho y rueda los ojos, dándose media vuelta ambos, para volver hacía adentro y poder continuar la celebración del nuevo año con todos ellos.

OLIVIAWhere stories live. Discover now