—De acuerdo.

—He hecho una lista, parecida a la suya. Puede repasarla. Y tenemos que hablar de lo que hay en ella. Asegurarnos de que los dos estamos al día de los detalles.

Asintió con la cabeza y tomó el sobre que le ofrecí.

Después le di uno más pequeño.

—Su primer pago.

Él se quedó quieto, con los dedos por encima del sobre de aspecto inocente, sin llegar a tocarlo.

—Tómelo. Está todo especificado.

Pese a mis palabras, no lo tocó.

—Señor Potter, a menos que lo acepte, no podemos continuar.

Me miró con el ceño fruncido. Le di un empujoncito al sobre.

—Es un trabajo, Harry. Es su compensación. Así de sencillo. Tómelo.

Al final, tomó el sobre, pero ni siquiera lo miró.

—Quiero que presente su renuncia mañana. Con efecto inmediato.

—¿Por qué?

—Si todo marcha bien, y creo que será así, yo haré lo mismo en breve. Quiero que esté fuera de la empresa antes de que todo estalle.

Se mordió el interior del carrillo, nervioso, en silencio.

—¿Qué? —le solté, ya que empezaba a impacientarme por su comportamiento.

—¿Y si no sale bien? ¿Me… me dará una carta de recomendación? Tendré que buscarme otro trabajo.

—Ya me he encargado de todo. He hablado con algunos contactos, así por encima, y si no sale bien y me voy de Victoria, ya tengo a dos empresas dispuestas a ofrecerle un puesto. No tendrá que preocuparse por buscar trabajo si no quiere. Pero en respuesta a su pregunta, le daré una carta de recomendación estupenda.

—¿Aunque sea un pésimo asistente personal?

—Nunca he dicho que sea un pésimo asistente personal. De hecho, es bastante bueno en su trabajo.

—Quién lo diría…

Alguien llamó a la puerta y me libré de replicar. Me puse en pie.

—Ya ha llegado la cena. Lea el acuerdo… es muy sencillo. Podemos discutir las condiciones y todo lo demás después de comer.

Al ver que abría la boca para protestar, golpeé la encimera con la mano.

—Deje de discutir conmigo, Harry. Vamos a cenar primero. Luego hablaremos.

Me di media vuelta y eché a andar hacia la puerta, exasperado. ¿Por qué le costaba tanto aceptar una simple comida? Iba a tener que acostumbrarse a aceptar muchas cosas para que todo funcionara.

Me metí la mano en el bolsillo y toqué la cajita que había escondido. Si titubeaba con la cena, seguro que iba a odiar lo que le tenía preparado para después.

●●●

Cenamos en silencio. el señor Potter leyó el acuerdo e hizo unas cuantas preguntas, que yo procedí a contestar. Titubeó cuando le ofrecí un bolígrafo, pero firmó los documentos y me observó mientras yo hacía lo mismo.

—Tengo dos copias. Una para cada uno. Las guardaré en la caja fuerte del piso, de la que le daré la combinación.

—¿Su abogado tiene una copia?

—No. Es un acuerdo privado. Está al tanto de todo, pero tiene que guardar la confidencialidad con su cliente. Solo existen estas dos copias. Una vez que todo acabe, podemos destruirlas. Ordené que redactaran el acuerdo por su seguridad.

Contrato de MatrimonioWhere stories live. Discover now