Fin

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Era su primer cena como novios oficiales. Barcode sonrió, a su mente llegó el hermoso recuerdo de cuando vio a Jeff por primera vez. Guapo, sexy y aparentemente inalcanzable. Jamás se imaginó que conquistaría a un hombre como él, tan varonil, imponente, agraciado y poderoso... sin embargo, ahora con orgullo podía decir que Jeff Satur era suyo, su hombre, su novio, el amor de su vida. El soltero más cotizado de todo el país lo había elegido a él como su compañero.

- ¿Por qué me consientes tanto Jeff? – preguntó con una sonrisa - ¿Y cómo supiste que el cerdo crujiente es mi comida favorita? –

- ¿Ves como si pongo mucha atención cuando hablas? – explicó el mayor – no pierdo detalle de nada de lo que dices –

- Parece que estás muy enamorado de mí – dijo altaneramente el menor.

- Puedes apostar que sí – respondió sin vergüenza – te has apoderado de todo mi ser, me tienes completamente en tus manos Barcode –

- ¿Sabes que yo también estoy muy enamorado de ti? –

- ¿Ah sí? ¿Qué tanto? – preguntó Jeff con coquetería.

- Muchísimo – Barcode elevó sus manos y después las abrió a sus lados indicándole a Jeff cuánto lo quería –

- Demuéstralo – retó el mayor.

Olvidándose un poco de donde se encontraba, Barcode se levantó de su silla y rodeó la mesa para llegar hasta Jeff, se sentó en su regazo con ambas piernas a los lados y comenzó a besar su cuello haciendo a un lado el dobladillo de la camisa.

- Esta posición me recuerda mucho a nuestra primera vez juntos – susurró Barcode al oído – estabas furioso y pensé que querías golpearme –

- Estaba celoso de Ta, bebé, pero jamás hubiera sido capaz de golpearte –

- ¿Celoso? –

- Muy celoso – reconoció Jeff – pero fue maravilloso poder haber sido el primer hombre en tu vida – agregó Jeff pasando sus grandes manos sobre la espalda del menor –

- Y serás el último –

Barcode se mordió el labio inferior y selló esa hermosa promesa con un beso. Envolvió el cuello de Jeff con sus brazos y enterró sus dedos en la melena castaña que tanto adoraba. Pegó su cuerpo al del empresario y se estremeció cuando éste lo tomó por los muslos para levantarlo y caminar con él directamente a la casa de campaña.

En el piso, bajo el techo hecho de sábanas que formaban aquella casa, se encontraban regados cojines y mantas, y Jeff, con gentileza y cuidado lo depositó entre los bultos sin dejar de besarlo.

- Te amo Barcode... - susurró sin apartarse del todo de sus labios.

- Te amo – respondió el chico – te amo tanto... Jeff –

Barcode se encontraba completamente acostado boca arriba mientras Jeff estaba a su lado pegado a su cuerpo besando los labios del menor de los cuales era completamente adicto, y es que su sabor era tan exquisito que podía durar horas deleitándose con ellos.

El menor lo volvía loco en todos los sentidos, sus inexpertas manos lo acariciaban por todos lados provocándole escalofríos. Quizás Barcode no tenía mucha experiencia en el sexo, pero por una extraña razón sus manos sabían cómo y qué parte de su cuerpo tocar para que cayera rendido ante él. No era mentira cuando dijo que ese chico lo tenía en sus manos.

Con mucho cuidado se incorporó para colocarse encima de él sin dejar caer completamente su peso, quería que Barcode fuera capaz de sentir su calor, no que se cansara de cargarlo.

Vendetta | JeffBarcode Where stories live. Discover now