Capítulo 9

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Con lágrimas en los ojos cerró la puerta detrás de él asegurándola de su lado, así podría abrir cuando él quisiera. Sin embargo, estaba tan abrumado por lo que había pasado que cuando se giró quedó en shock sin poder moverse.

No estaba pensando con claridad cuando salió corriendo de la oficina de Jeff. Sentía un terrible dolor en el pecho al descubrir que la persona en la que había confiado ciegamente solo había estado jugando con él, pero ¿Qué más podía esperar si incluso sus padres no lo querían? ¿Por qué Jeff debía ser diferente?... Sin embargo, si no lo quería para qué jugar así, ¿Para qué reírse de sus sentimientos? ¿Para qué ilusionarlo? ¿Para qué permitir que entre ellos las cosas llegaran tan lejos?

Y precisamente ese dolor lo había llevado a actuar sin pensar, se subió al elevador y sin saber qué hacer picó cualquier botón. Grave error, ahora estaba en la azotea del edificio. Cayó de rodillas al suelo, estaba aterrado.

El MahaNakhon con sus trescientos catorce metros era la construcción más alta de todo Bangkok. Así que desde la cima solo se podían ver algunas terrazas de otros inmuebles y las torres de otros más. Los ajetreados sonidos de la ciudad se escuchaban a los lejos, dejando a las corrientes de aire como el sonido más fuerte del lugar, sin embargo, a pesar de haber más aire en la cima, él sentía que se estaba quedando sin oxígeno.

No podía dejar de temblar, y la pelota para estrés que lo había ayudado a subir hasta la oficina de Jeff, la había aventado minutos atrás directo a la cara de aquel mentiroso sujeto. Esa había sido una muy mala idea. Con cada segundo que pasaba se sentía más mareado, se acostó en el suelo en posición fetal y trato de relajarse, pero no podía, saber que estaba a tal altitud destrozaba sus nervios. Quizás no estaba pasando, pero él sentía que el edificio se tambaleaba y que estaba a nada de caerse al abismo.

Se asustó cuando sintió que su celular vibraba y empezaba a sonar, pero no pudo moverse para contestar. El pánico lo había dominado por completo, el miedo se había apoderado de él justo cuando más sensible estaba, impidiendo que pudiera salvarse a sí mismo. Cerró los ojos y se rindió ante la oscuridad que tantas emociones se arremolinaban en su mente y en su cuerpo.




Entró frustrado a su oficina. Así no era como tenía planeadas las cosas. Había dicho la verdad cuando dijo que no quería hacerle daño a Barcode. Menos ahora que... menos ahora que, muy a su pesar se habían vuelto cercanos.

- No pude alcanzarlo – dijo mientras miraba a Banky a los ojos.

- Creo que lo mejor es que vayas a su departamento para hablar con él, se veía muy mal – comentó su amigo –

- Ese pequeño escogió el peor momento para superar su miedo a las alturas – bufó molesto mientras se aflojaba la corbata.

- Yo considero que jamás debiste usarlo así – exclamó – no ha tenido una vida fácil y tú la hiciste mucho más caótica –

- Lo siento, ¿De acuerdo? –

- ¿De verdad lo sientes Jeff o solo lo dices por decir? –

- Con una mierda, de verdad lo siento ¿No te queda claro? ¿Por qué crees que fui tras él? –

Buen punto, sin embargo, le costaba creer que Jeff estuviera arrepentido. Más cuando minutos antes de que Barcode hiciera acto de presencia decía que éste era una molestia y que lo haría a un lado.

- No lo sé Jeff, a veces eres muy difícil de entender ¿Por qué fuiste tras Barcode? –

No era una persona difícil de entender. Al menos según él. Pero debía reconocer que ni él mismo se entendía en lo que refería a Barcode. ¡Dios! desde el primer momento había sentido las irracionales ganas de cuidarlo y protegerlo, pero al mismo tiempo no podía dejar de lado que era un Tinnasit, un descendiente de una familia que había destruido a la suya, Barcode era el enemigo, pero... no podía... ni quería alejarse de él.

Vendetta | JeffBarcode Where stories live. Discover now