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había algo diferente en cómo funcionaba su forma de ver el mundo, después del corte...

habían pensamientos negativos y positivos flotando delicadamente a su alrededor, desconcentrándolo un poco de la realidad. pero, en general, se encontraba callado y pensativo en su lugar.

soobin y heeseung caminaban junto a él hablando de cosas triviales, en un intento de conocerse. ambos eran cálidos y amables, y parecían disfrutar de su simple y amena conversación, por lo que beomgyu se relajó y siguió el hilo de sus pensamientos hasta que los mayores lo notaron. soobin, quien estaba tomado de su mano, sintió como su agarre perdió fuerza.

―gyu ―llamó soobin, buscando el contacto visual con sus ojitos cafés.

―uhm ―contestó apenas un simple sonido, mordisqueando la uña de su pulgar ansiosamente.

―¿quieres detenerte a descansar un poco? tenemos un rato caminando ya, nuestros dedos se pondrán azules si seguimos cargando esto más tiempo ―sugirió, señalando las bolsas en sus manos, con mímica demostró lo cansado que se sentía. heeseung rió, mirando a su hermanito, invitándolo a sentarse en una banca.

―no hace falta, estamos por llegar a la florería ―el menor siguió caminando, aún cuando los demás se habían detenido ya. al verse caminando solo, se detuvo y los miró―. ¿chicos? en serio quiero llegar rápido.

su ansiedad brotaba a flor de piel, ansioso por llegar al lugar donde se hospedaba su madre. el cambio de imagen que ella tanto pidió estaba ahí, y aunque no quería que ella le mencionara el nombre de su padre y llorara porque el recuerdo la lastimaba, al mismo tiempo quería enfrentar ese dolor lo más rápido posible.

heeseung, que conocía a su hermano ansioso desde niños, pudo ver a través de su cara seria, la dificultad para respirar, la mano tocando su propio pulso para acompañar los latidos desesperados de su corazón, y las respiraciones largas y pausadas para no incrementar la crisis que lo comía lentamente.

―hagamos unos ejercicios de respiración antes de continuar ―heeseung dejó las bolsas de ropa a su lado en el suelo, y tomando asiento en la banca, comenzó a respirar profundamente, cerrando los ojos.

―heeseung-hyung. basta. no quiero meditar ahora, quiero ver a mamá.

ahm... ahm... ―sonidos de meditación incluidos. ¿acaso esa era su forma de decirle que no había forma de escapar hasta que lo imitara? debía admitir que esto lo estaba irritando.

―oh, me gusta eso. meditemos ―soobin se unió a él, cerrando los ojos.

—soob... —suplicó, suspirando. vamos, ¿él también?

ahm... ahm... —soobin comenzó, reteniendo las ganas enormes que tenía de reírse.

hacía algo de frío, estaba un poco resfriado, estaban en medio de un pequeño parque, y en la esquina de esa misma calle que rodeaba su actual locación, estaba la florería donde solía ordenar flores para sus seres queridos. beomgyu suspiró, no comprendiendo la actitud de esos dos adultos que comenzaban a ser observados por las demás personas a su alrededor, con sus manos cubrió su cara y aguantó las ganas de gritar.

okey, era sólo meditación, pero empezaba a enfadarse.
beomgyu no estaba acostumbrado a no hacer lo que él quería, a ser arrastrado a complacer la voluntad ajena, se irritaba muy rápido y perdía los estribos. pero su propio sistema nervioso, que estaba al borde del colapso por la ansiedad, le pidió amablemente que obedeciera y se sentara un poco a respirar.

kind to yourself [soogyu] *hiatus*Where stories live. Discover now