O n c e.

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🛇 ATENCIÓN, hoy, capítulo hot. 🔥

La cena había pasado tranquila, entre charlas y risas. Ahora mismo, nos encontrábamos pagando la cuenta, aunque Lisandro no quería que pagara la mitad, insistí, hasta que logré convencerlo.

Él caminaba detrás de mí, mientras guardaba su tarjeta en la billetera, junto a su celular en el bolsillo del pantalón y nos dirigíamos al auto.

Lisandro optó en que hiciéramos algo diferente, en éste caso, irnos hacia la costa y tomar otro vino. Lo cual, acepté gustosa.

Ambos subimos al auto e hicimos el corto viaje hasta la costanera. Él hizo una parada unas cuadras antes en una vinoteca, para poder comprar un vino tinto en botella, por supuesto; el más caro, delicado y dulce posible.

Estacionó a unos cuántos metros y bajamos, haciendo lo mismo que hizo en el estacionamiento del restaurante.

Él bajó con la botella de vino debajo del brazo y con dos copas que ya tenía organizado el plan desde hace rato, éso hizo que me causara gracia y ternura.

Nos sentamos en el pequeño muelle, éste se movía levemente con el baile del agua fresca. El viento era un poco más notable y obviamente que el clima cambiaba demasiado.
Mi coleta alta se movía con la suavidad del viento, parecía más una caricia, los cabellos de Lisandro, que estaban teñidos, también se movían al compás del mío. Yo me senté con ambas piernas estiradas y una encima de la otra, él se sentó en posición de indiecito y colocó las dos copas en frente de mí, junto al vino.

Sacó el celular de su bolsillo, mientras yo hacía lo mismo, ya que me había llegado un mensaje. Seguramente era Noe o algún otro compañero del trabajo.

Efectivamente era ella.

Lisandro destapó el vino, mientras yo le respondía a mi amiga; de que iría un poco más tarde. Lo cuál aceptó quedarse a dormir en casa. El jugador sirvió en ambas copas, mientras yo dejaba mi celular a un costado, él me sonrió mientras lo hacía y yo hice lo mismo. Agarró su celular y me miró.

— ¿Me dejás sacarte una foto? — preguntó con el aparato entre las manos.

— ¿Una foto? — pregunté un poco descolocada por su intención conmigo. Él asintió. — S...Si, claro. — le dije sonriente.

— Bien, salud. — dijo para agarrar también la copa y chocarla con la mía. Le sacó una foto a nuestras manos. Él le dio un buen trago y también hice lo mismo, el jugador me sacó una foto bastante casual.

Lo cuál hizo sentirme avergonzada.

— Ey.. — dije con mis mejillas ardiendo. Éste se rió.

— Saliste hermosa, mirá. — dijo para luego mostrarme la foto y en efecto; no había salido para nada mal.

Ya no valía quejarse.

— Voy a sonar muy fan, pero.. ¿Nos sacamos una juntos? — pregunté un tanto tímida .

— Obvio, ¿por qué, no? — dijo y nos pusimos más cerca, él agarró mi cintura, aún seguíamos sentados y sonreímos. Salimos hermosos a decir verdad. — Me gustó la foto. — dije volviendo un poco a mi lugar, mientras veía la pantalla del celular.

— Y a mí, me gustas vos. — respondió y yo reí, él también lo hizo.

— Ajá, si, cómo no. — respondí, lo miré. — Y bueno... Licha Martínez, contame de vos. — hablé y él se aclaró la garganta.

— Nada que no sepas, tengo veinticinco años, vivo en Manchester, estoy soltero, sin hijos, soy campeón del mundo.. — dijo aquello último y ambos reímos. — Tengo un perro que lo llevo a todos lados, el amor de mi vida, Polo. — terminó de decir. — No hay mucho que contar. — dijo, para luego mirarme.

Lugar seguro. |Lisandro Martínez|Where stories live. Discover now