A escondidas

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- T/N comenzaba a notar el error que había cometido al haberle gritado de esa forma a un chico que temía perderla, a quien realmente le importaba lo suficiente como para salvarle la vida o tan poco que de manera egoísta la salvó por su propio bien moral. Aún así, fuera cualquiera de las dos opciones pensadas ya por la castaña, le partía el corazón y le atravesaba el alma ver como uno de sus mejores amigos, incluso el mejor, rompía a llorar intentando que lo perdonara. -

- La mirada de T/N se suavizó por unos momentos aunque se cristalizara segundos después. Cayó al suelo de rodillas como si su cuerpo pesara toneladas y sus piernas fueran de cristal a la vez que sus ojos dejaban salir un mar completo. Escuchar como caía provocó que el chico rápidamente subiera la mirada, apenas alcanzando a ver que la castaña se lanzaba a el dandole un abrazo. -

— Perdón... por favor deja de llorar, no puedo verte llorar — pedía la castaña sin querer soltar al chico, aferrada a la ropa del mismo de echo. Una leve sonrisa se forma a en el rostro de Emily.

- El chico de manera suave correspondía a aquel abrazo de su amada, dejaba que sus sentimientos materializados en forma de gotas de agua finalmente salieran, y se aferraba a la castaña sin poder pronunciar palabra alguna, solo quería disfrutar de ese momento, aunque se vio en obligación de responderle. -

— Quiero que vuelvas... pero promete que te cuidaras mucho, por favor — decía mientras una de sus manos pasaba suavemente a la cabeza de su contraria, colocándola con extrema delicadeza en su propio cuello. T/N cerrando sus ojos permitía que lo hiciera, pues la hacía sentir protegida bajo el manto de su príncipe azul, aunque aun no se permitía verlo de esa manera.

- Un pequeño asentimiento por parte de la castaña logró que el corazón del joven diera un gran salto de alegría. Sin pensarlo dos veces la cargo entre sus brazos y le dirigió una suave aunque algo orgullosa mirada a Emily, la cual simplemente rodeó los ojos con una sonrisa juguetona pues sabía a la perfección lo que pensaba de ella y lo que quería de la castaña. Aquella mirada fue simplemente un permiso para Invictor. -

- Al ser de madrugada, no le costo llegar al hogar de los compas al joven caballero, aunque temía que, conociendo a la castaña, fuera a armar un escándalo para despertarlos a todos, regañarlos y demás. La chica casi se había quedado dormida al haber terminado de llorar, por lo que en silencio fue directo a la habitación de este y se recostó junto a la castaña sin dejar de abrazarla. -

— Descansa... — decía en voz baja para después besar con suavidad la frente de la chica y quedar dormido a su lado.

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- A las 9:30 am se sentaba en la cama la castaña mientras bostezaba de manera silenciosa sin mirar bien a su alrededor aún, pues su cuerpo aún se encontraba entumecido y sus pupilas aún no se adaptaban a los rayos de luz que entraban a alumbrar la habitación. Se tomó unos momentos para analizar el lugar de manera lenta y cautelosa, sus ojos pasaron por el chico que le daba la espalda y se cambiaba, tenía el torso desnudo y el cabello algo desordenado; su mirada continuó su camino un poco más, hasta que terminó de procesar lo que recién había visto, provocando que su mirada volviera de golpe al chico y un suave sonrojo se formara en su rostro, decidió admirarlo un poco antes de hablar, especialmente al notar bastantes cicatrices en aquel lugar. -

— No voy a negar que te ves bien, ¿pero no pudiste ir a otro lado? — preguntaba la castaña mientras desviaba un poco la mirada y soltaba una pequeña risa burlona. El chico se asustó un poco ante la voz de la chica, pensaba que aún no despertaría hasta dentro de un par de horas. Se cubrió de manera rápida con lo primero que salió de su armario, una playera roja con una imagen de un oso pardo comiendo ramen. Volteaba a ver a su amada algo sonrojado y bastante nervioso. La chica volvía a mirarlo. — Que lastima, ya te vestiste. —

Los compas y T/N - El karma de mentirWhere stories live. Discover now