Aether, persona que ha dedicado toda su vida al patinaje artístico se encuentra con Xiao, el mejor del mundo, del cual se encuentra totalmente enamorado. Un nuevo campeonato ha sido anunciado y todo el mundo hará todo lo posible por ganarlo, aunque...
En ese momento ni él sabía lo que sentía en su interior. Sí, el amor de su vida le había escrito a él. Iba a gritar y a llorar de la emoción acumulada.
Pero, antes de eso, las ovaciones del público le devolvieron a la realidad, y una cierta cabellera rubio le vino a la mente. Sí, ese desconocido que segundos atrás había dejado a todo el mundo atónito.
Miró hacia la pista, intentando encontrar al que estaba buscando. No había nadie, absolutamente nadie, solo se encontraba el gélido hielo.
Encendió el teléfono otra vez para contestar a Venti. Al principio intentó encontrar las palabras pero, al final halló las palabras idóneas.
[xiaoyksh] Sí, estaría genial quedar contigo, siempre me has parecido increíble y seguro que hasta lo eres más en persona. Cuando quieras y puedas quedamos.
[theventi] Podemos quedar ahora, si tú también puedes. En la plaza central. Y gracias por todos esos halagos, seguro que tú también eres genial, Xiao.
Oh por Dios, el amor de su vida ha dicho que era genial. Podía desmayarse ahí mismo.
Sin pensárselo dos veces llamó a su chofer, Tartaglia. Ni siquiera se había preguntado, por qué Venti le conocía pero, Xiao ni le había prestado atención a eso. El amor le había cegado completamente.
Caminó con nerviosismo hacia la salida.
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Como si hubiese caído de una nube y se hubiese estampado fuertemente contra el suelo, así Aether se sentía ahora mismo.
No encontró a su hermana con la mirada, no estaba donde se supone que estaba sentada hace unos minutos. "¿Dónde está Lumine?". Se dijo internamente. Su corazón iba demasiado acelerado por todo lo que había pasado y apenas podía pensar razonadamente.
Todo ello le dejó un agrio sabor de boca y solamente quería una respuesta, ¿dónde se encontraba su hermana? Él solamente quería ir a abrazarla, así se sentía que recuperaba fuerzas para seguir adelante, como cuando eran pequeños, cuando todo estaba bien, cuando se sentía suficiente.
Iba a desmoronarse pero, no quería llorar. A lo mejor es que ni siquiera le quedaban lágrimas dentro de su cuerpo.
—¿Estás bien?—una voz calmada le susurró en la oreja.
Se asustó un poco, sin embargo, al ver quién era le dio un sentimiento cálido. Allí pudo confirmar que todavía sentía algo por él.
—Sí—intentó pronunciar.
—Aether... Todo saldrá bien. Lo has hecho mucho mejor que yo, no te preocupes—habló con una sonrisa sincera.
No estaba deprimido por esa razón pero, esas palabras lo reconfortaron.
—Gracias, Albedo... no sabes cuánto necesitaba eso—le expresó con sinceridad, sosteniéndole la mirada por un momento.
Justo en ese instante, se escuchó la voz del presentador anunciando los resultados de la competición. Aether y Albedo se separaron y se volvieron hacia el escenario. Sus nombres resonaron en el aire mientras los espectadores estallaban en aplausos y vítores. Aether había logrado el primer lugar, mientras que Albedo se ubicaba en un merecido segundo lugar. La emoción y el orgullo se mezclaban en el corazón de Aether, pero no pudo evitar que su mirada vagara en busca de su hermana.
