Capítulo 6

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-Por poco- susurró Dick mientras corrían por las calles de Gotham, casi llegaban al punto de reunión donde serían recogidos. Lo que no esperaban era toparse con Batgirl y el tercer chico maravilla, Tim Drake. De inmediato, una profunda ira empezó a acumularse en el pecho de Dick. No hacía tanto del fallecimiento de Jason y ya lo estaban reemplazando por un niño nuevo.

Los puños de Renegade se apretaron cuando frenaron para hacer frente a la nueva amenaza que estaba delante suyo. Este comportamiento no pasó inadvertido para Slade que le susurró casi ineludiblemente que debía mantener el control. Tenían intención de escapar pero los héroes no se lo permitieron.

Batgirl atacó a Deathstroke, tratando de ganar tiempo y mantenerlo entretenido mientras llegaba Batman y Robin fue a por Renegade con tal de que no escapara. La verdad es que a Dick no le importó demasiado si le hacía daño al reemplazo. Sin embargo, sí le interesaba si Bárbara sufría algún daño (no estaba enamorado de ella pero había sido su mejor amiga durante mucho tiempo).

-Deathstroke- gruñó el aprendiz cuando un golpe particularmente fuerte por parte de Slade mandó a la pelirroja a volar unos cuantos metros. Slade entendió la petición de evitar que la chica sufriera demasiados daños, sin embargo, era probable que acabara con algo fracturado, nada grave.

Dick esquivaba con facilidad los movimientos de Robin, al parecer era un poco novato debido a que no había desarrollado sus movimientos de lucha aún. Seguía los de Batman al pie de la letra, no lo hacía mal, la verdad, pero claro, jugaba en desventaja cuando el enemigo conocía de antemano qué iba a hacer.

Batman no tardó en aparecer, el justiciero enmascarado lanzó un Batarang a Renegade que no pudo evitar un corte leve pero sangrante en su pómulo. Bruce atacó a Deathstroke. Batgirl, sabiendo que no sería más que un estorbo en esa pelea, ayudó a Robin contra Renegade. Slade sabía que si seguían malgastando el tiempo perderían su transporte y el pago por haber llevado exitosamente la misión.

-Sugiero una maniobra evasiva, maestro- dijo Dick, que apenas estaba sudando, pensó que luchar contra dos murciélagos podría ser un reto, y, pese a que para la mayoría lo era, no era el caso de Dick.

-Maniobra 32- dijo Slade esquivando uno de los ataques del caballero oscuro. Dick asintió, esa maniobra era, a resumidas cuentas un "Golpea fuerte y sal corriendo cuando vayan a socorrerlo". El chico de 18 años esperó al momento propicio, cuando Batgirl saltó hacia atrás para esquivar un ataque, Dick se giró para golpear en la nariz al nuevo Robin. El reemplazo se tambaleó hacia atrás tapando su nariz, seguramente rota.

Bárbara se acercó a Tim, gritando su nombre de héroe mientras se aproximaba al reemplazo de Jason, para ayudarlo y Dick aprovechó para salir corriendo y robar una moto en el proceso. Slade, por su parte, aprovechó una pequeña distracción de Batman para golpearlo en la barriga, sacándole el aire de los pulmones. Deathstroke emprendió la huida y, robando una moto como su aprendiz, escapó de las garras de los héroes.

Batgirl fue a perseguirlos pero Batman se lo impidió.

-¿Qué?¿Nos rendimos?- exclamó indignada, señalando hacia donde habían escapado los criminales.

-Al contrario- dijo Batman irguiéndose, dado que se había agachado para comprobar la nariz de Tim. Recibió una mirada confusa de Bárbara.

-Tenemos las pistas necesarias para averiguar la identidad de Renegade, que era nuestro principal cometido- aclaró Tim, que tenía la cabeza levantada y tenía posados los dedos índice y pulgar en la nariz, tratando de cortar la hemorragia.

-Vamos a la Batcueva, allí podremos analizar mejor las pistas que hemos acumulado- comunicó Batman caminando hacia el Batmóvil que estaba parado transversalmente en medio de la calle.

-¿Slade?- preguntó Dick. Estaban en una de sus múltiples casas seguras, cada uno afilando sus Katanas en silencio. Normalmente aprovechaban ese momento para reflexionar.

-¿Sí?- respondió echando una ojeada a su aprendiz por encima del hombro, sin dejar de afilar el arma, luego posó su mirada en su trabajo.

-Cabe la posibilidad de que descubran mi identidad- Slade dejó su trabajo y se giró hacia su aprendiz que estaba sentado a su lado. Hubo una pausa y luego continuó.

-Tarde o temprano tenían que descubrirlo- afirmó el mercenario sin preocuparse- No debería importarte qué piensen tus ex amigos de ti.

-No es que me importe lo que piensan pero a la que descubran que sigo con vida lo más probable es que quieran recuperarme o algo así. Pensando que sigo siendo el "chico dorado''- dijo haciendo comillas con los dedos- que era. Eso es lo que me preocupa. Si no fuera por eso, me traería sin cuidado.

-Sin duda eso nos puede entorpecer bastante- comentó distraídamente el mercenario mientras continuaba con su trabajo. Estuvieron trabajando en silencio durante un rato. Slade levantó la espada y niveló su único ojo con la hoja de la espada. La sopló desde donde estaba, se levantó y la dejó en su respectivo lugar- Esta noche iremos a buscar el pago por nuestra exitosa misión. De momento, ve a descansar- tras eso salió de la sala.

El sol cayó y la noche se alzó. Dos sombras casi imperceptibles corrían por los tejados de Gotham dirigiéndose al lugar donde recibirían su pago por la misión. Llegaron al edificio acordado, estaba en el puerto de Gotham y, como no, estaba en desuso. Entraron por el tejado y cayeron de cuclillas en las vigas, mirando hacia abajo en busca de movimientos sospechosos. Ese era su modus operandi. Lo mejor era cercionarse de que realmente no había nada raro y, después, actuar.

-Quédate aquí- ordenó Deathstroke- Recibiré el pago, vigila si se aproxima alguien y avisa a través de las comunicaciones. En caso de que sea tarde, aprovecha el factor sorpresa. Si te da tiempo a avisar pero me atacan de todos modos debido a que no puedo escapar no intervengas- Dick asintió y se quedó en la posición elevada que le otorgaba ventaja.

Antes de realizar el intercambio mantuvieron una pequeña charla, Dick no se molestó en prestar atención. Aunque sí captó que su contratador preguntaba por él. Eso le sorprendió. Hacía tiempo que ese villano trataba de ascender al poder de entre los jefes de la mafia de la ciudad. Su casco rojo era reconocible a leguas de distancia. Dick no pudo evitar sentir que esa voz se le hacía de algún modo conocida. De repente, el asesinó vio movimiento por el rabillo del ojo.

-Deathstroke, movimiento a las 9- comunicó a través de la radio- Sospecho que tratarán de acercarse desde las 3 y las 12 también.

-Tengo algo de prisa, será mejor que dejemos la charla para otro momento- dijo Slade, dando a entender que le diera el dinero.

-Lo siento, Deathstroke, pero es de vital importancia que permanezca aquí- respondió Red Hood con calma. No parecía que tuviera el dinero encima, eso y el movimiento que había percibido antes dispararon sus alarmas.

Not a Robin anymore (YJ & TT)Where stories live. Discover now