Capítulo 3

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Dick despertó completamente atado y sentado en un furgón blindado, rodeado completamente por guardias de Black Gate. Parpadeó un par de veces, miró hacia abajo y vio que estaba vestido con el típico mono naranja y con el collar inhibidor en el cuello, su máscara ya no estaba. Agradeció que su rostro hubiera cambiado bastante al crecer. Casi parecía otra persona. Claro que si se le comparaba con una de cuando era joven podía reconocérsele.

Echó un vistazo más en serio y se dio cuenta de que no era el único preso presente. Había una chica, iba con la misma ropa que él (claro que era de su talla y de mujer), llevaba un collar inhibidor. El color de su pelo era negro azabache, tenía los ojos rasgados y la nariz muy recta, cabe recalcar que tenía el ceño fruncido.

Dick permaneció con la cara serena y vacía de emociones, si hubiera querido escapar, probablemente ya estaría fuera. El camión se paró y los guardias le quitaron el cinturón del asiento, pero dejaron su cuerpo atado, salieron del vehículo siendo empujados por los trabajadores. Fueron separados por los guardias y él quedó frente al director de la cárcel Gothamita.

-Rick Robinson- Dijo el director frente al que estaba parado. Rick Robinson era la identidad que había adoptado tras la "muerte" de Dick- El conocido Renegade. Ni las cámaras te podían captar, ¿Cómo has acabado aquí?- Se jactó. Dick no reaccionó lo más mínimo- Lleváoslo. Le daremos la bienvenida al más puro estilo Black Gate- dijo el director dando media vuelta y marchándose con las manos a la espalda.

El joven asesino fue guiado por los oscuros pasillos de la cárcel. Seis guardias armados le escoltaban, dos delante, dos detrás y uno a cada lado.

Fue llevado a una celda a la que fue empujado.

-Buena suerte intentando salir de aquí- se burló uno de los que le empujaron- esta celda está hecha para que ni Superman pueda salir de ella- La puerta se cerró delante de las narices del asesino y ladrón. Una ventanita se abrió para que colocara sus manos y así liberarle de sus ataduras.

Renegade sacó las manos, le desataron y las volvió a meter en su celda. La verdad es que ese sistema estaba muy mal pensado. Podía golpear a los guardias usando la puerta de escudo mientras tenía las manos fuera.

-Maldito plan, parezco un aficionado- murmuró casi inaudiblemente mientras se acercaba a una de las paredes y le daba un puñetazo enfadado. Una pequeña descarga corrió por su cuello, no gruñó, ni se inmutó. Estaba muy entrenado y tenía una alta resistencia al dolor.

Se sentó en la cama de la celda con las piernas cruzadas y cerró los ojos. Visualizó el mapa de la cárcel que había memorizado, era necesario para llevar a cabo la misión.

La puerta de la celda se abrió y alguien fue empujado al interior, inmediatamente después, la ventanilla de las manos se abrió y liberó de sus ataduras al desconocido que había accedido al interior del lugar donde lo tenían cautivo.

Abrió un ojo cuando escuchó un gruñido de rabia proveniente de la nueva persona. Para su sorpresa, encontró a la chica con la que había sido transportado. La causa de su estupor no fue que fuera la misma mujer, sino que no le hubieran dejado solo.

-Ah, eres tú- le dijo la chica que había entrado, su voz era un poco grave. Dick no contestó y cerró el ojo para seguir repasando el plan- ¿No vas a decir nada?- inquirió con la ceja levantada, molestándose.

-¿Qué quieres que diga?- preguntó el chico de pelo azabache y ahora, ojos verdes, abriendo los ojos y bajando las piernas, que hasta el momento, estaban sobre la cama.

-Soy Tigress- le dijo la desconocida.

-Te conozco, delitos menores, hurto, suplantación de identidad, venta ilegal de bienes robados...- enumeró el chico mirando sus ojos rasgados.

Not a Robin anymore (YJ & TT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora