O35

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Unas largas y rápidas divagaciones resonaron por toda la habitación del hospital, quienes eran de Enid. Parecía estar arrepentida, agitando sus manos y moviéndose del asiento. 

—¡Perdón! Dios mío, enserio, ¡Lo lamento! No sabía que te había fracturado una costilla, ¡Ni siquiera te quejaste!

Enid miraba arrepentida a su prometida, que estaba postrada en una camilla del hospital. Habían intercambiado accidentalmente de roles. Igual de que Enid estuviera en la camilla, ahora lo estaba Wednesday.

—¿Cómo me quejaré con un dolor tan satisfactorio como la fractura de una de mis costillas a causa de un arrebato licántropo?—Dijo mientras miraba de forma divertida a Enid, sonriendo de lado. Y sin dejar de mirar fijamente a Enid, quien solo pareció aún más arrepentida. Lo cual, notó Wednesday y trató de corregirse, borrando su sonrisa torcida. —Soy un Addams, esto no es nada que me pueda afectar. He pasado por más situaciones que no se comparan a esto, no tengo algún problema al respecto, lo sabes bien.

La rubia movió su mano hacia su brazo, tratando de reconfortarse a si misma. Mientras hacia esto, parecía abatida, como un cachorro regañado. Y encontró más comodidad mirar su regazo, para no ver el estado de Wednesday y sentirse culpable.

—De todos modos, te hice daño. Eso esta tan mal de mi parte, ¿Qué opinaran nuestros cachorros al saber que el día que nacieron te hice daño? Dios, soy tan pésima en esto. —Las manos de Enid fueron a su rostro, tapándose con vergüenza. —¡Tengo que ser un buen ejemplo para ellos!, No puedo ser inconsciente con los acciones. ¡Santa mierda!

Wednesday se mordió la mejilla, tratando de analizar el comportamiento de Enid. Parecía estresada. No, ¿Deprimida? Realmente no sabe como catalogar sus emociones. Pero, ¿Qué importa? Wednesday se considera una completa admiradora del arte de la tortura. Así que si, le encanta saber que Enid es un gran lío de emociones que no llega a entender. En pocas palabras,  Le encanta.

Ama saber que su prometida tiene tantas emociones, tanto sentir que no puede entender. Si, llega a ser desastroso en algunas ocasiones.  Es obvio, ni siquiera ella misma entiende el gran complejo de las emociones. Aunque esto cambia en Enid, porque todo esto la hace ser ella. Siempre le ha parecido un atractivo hasta el mínimo defecto de Enid. Pero admite que Enid es perfecta, incluyendo sus defectos. Porque sin ellos, no lo sería. Ni perfecta, ni siquiera Enid Sinclair.

—Enid, mírame. —Demandó Wednesday, mirando como Enid se hacía bolita en su propia silla. —Enid.

Finalmente Enid salió de sus manos, de su pequeño refugio. Miró a Wednesday con sus ojos cristalizados. Sus hombros bajaban y subían, soltando pequeños hipos.

—¡Tu no lo entiendes Wednesday!—Expresó Enid con angustia. —Tu mamá te apoya, siempre está para ti y simplemente, ¡Te quiere por quien eres!—Enid temblando llevo un brazo a su rostro, tratando de ocultar las lágrimas que finalmente caían. —La mía no, ¿Qué tal si llego a ser igual que ella?, Tengo miedo, mucho miedo. —Con las últimas palabras, la voz de Enid se quebró. Sus ojos azul bebé se arrugaron, dando un aspecto más triste que angustiado. —No quiero ser como ella.

Wednesday se mordió los labios y apretó su mandíbula. Tenía que ser fuerte, no puede estar angustiada solo porque Enid lo está, ¿Cómo la ayudaría de esa forma?

Aunque una parte de sus voces que gritaban todo el tiempo sobre asesinatos negaba el hecho que Enid la debilitaba, admitía que estas se equivocaban. Aquí esta la clara demostración que Enid Sinclair, es su mayor debilidad.

Y lo peor, es que no le desagradaba. Todo lo contrario, ella era perfecta para serlo. Así que, no puede dejar en este estado a su mayor debilidad.

Wednesday se inclinó en su camilla y movió sus brazos, apretándolos bruscamente contra el cuerpo de Enid, empujándola hacia su propio cuerpo. Enid ante esto soltó un sonido de sorpresa, pero no evitó el apretado abrazo que Wednesday le estaba dando en la camilla.

¿Puppies? - WenclairWhere stories live. Discover now