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Enid se despertó por unos ruidos en la habitación. Estiró sus brazos y apretó sus ojos para después tratar de buscar un calor al lado de ella. Pero chillo al no sentir nada, solo frío.

Y luego gruño molesta, se está volviendo bipolar.

-Apenas acabas de levantarte y ya estás molesta. -Dijo Wednesday, en el tocador de la habitación.

Ahora ronroneo.

La voz de Wednesday tiene un extraño efecto en ella de hacerla sentir mejor.

—¿Cómo dormiste hoy Wednesday?— Enid se sentó alegre en la cama, esperando impaciente la respuesta de Wednesday.

—Te mueves mucho.

La rubia soltó una pequeña risa nerviosa y miro a Wednesday, que estaba apretando con su mano la orilla del tocador oscuro, algo pensativa. Ella parecía querer preguntar algo.

—Tú. -Respiro hondo. —¿Cumplió tus expectativas?

Enid ladeó la cabeza. —¿Expectativas?¿Quieres decir si dormí bien?

Enid miró que asintió desde el espejo del tocador.

—¡Si! Dormí como un cachorro. ¡Gracias por preguntar! —Enid pareció irradiar una brillante luz, segando a la pobre Wednesday que siquiera estaba cercas de la cama.

Y entonces Wednesday volvió a hacer un par de ruidos, metiendo cosas en un bolso.

—¿Qué haces? —Preguntó Enid, levantándose y acercándose a Wednesday.

Wednesday continúo metiendo algunos objetos en la bolsa. —Iré a cazar.

Enid juntó sus manos detrás de su espalda. —¡Entonces mucha suerte! —Hizo una pausa. —¿Puedo ir? Cazar es tan divertido. —Ella sonrió cálidamente.

—Iré a cazar algo para ti, no es necesario que vayas.

La sonrisa se borró del rostro de Enid para aparecer una de sorpresa, junto a un sonrojo.

Cazar para los lobos es algo romántico. Principalmente lo hacen las parejas que esperan camadas y comen animales crudos en el embarazo, para un mejor desarrollo de un cachorro.

Wednesday en verdad se estaba esforzando en esto, si es que lo hacia con esa intención.

Los labios de Enid se curvearon al pensarlo.

—Cazare un ciervo, su miserable vida terminará hoy mismo— sonrió de manera torcida y orgullosa.

Enid soltó una pequeña risa gracias a los gestos de Wednesday.

Podría hablar de mil asesinatos y como eran destripados, pero aún así era linda para los ojos de Enid. Ella sabía que la mayoría de veces eran broma, solo era el humor extraño de Wednesday fluyendo.

—Aun así ¿Puedo ir? ¿Puedo ir? —Enid insistió, emocionada.

La más baja la miro fijamente. —No te puedes transformar, ¿Cómo cazaras?

Enid la miro incrédula y sacó sus garras, demostrando algo obvio para ella. —¿Con mis garras? —Dijo confundida.

Wednesday se cruzó de brazos y alzo una ceja. —No puedes hacer eso, tendrías que moverte bruscamente.

—¿Tiene algo de malo? Cuando cazaba con mi familia y aún no podía enlobarme usaba mis garras.

La latina apunto su abdomen.

—Lo puedes lastimar.

Enid pareció pensar por un rato, buscando alguna solución.

—Entonces uso el arco ¡Cómo tú! —Enid apunto el pecho de Wednesday.

¿Puppies? - WenclairWhere stories live. Discover now