O26

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—Wednesdaaaay. — Enid la llamó, con una voz aguda.

La mencionada retiró las manos de la máquina de escribir, mirando a su novia quien estaba acostada en su cama. Con unas papitas, fruta y trozos de carne. Todo tipo de comida había en su cama, parecía supermercado.

—La mia luce, ¿Qué ocurre ahora? —Wednesday se acercó preocupada a la cama que solía ser suya, solía. Porque ahora estaba repleta de almohadas de Enid y ropa que antes era de su propiedad, que fue robada por su amante.

Los ojos azul bebé brillaron y miraron suplicante a Wednesday. —Necesito incendiar algo, ahora.

Ella abrió los ojos con incredulidad. —¿Disculpa?

Enid se sentó en la cama y frunció el ceño, mirando a su novia. —Como escuchaste, quiero incendiar algo. ¡Voy a morir si no lo hago ahora mismo!

¿Esto aún seguían siendo antojos del embarazo?

Wednesday la miró curiosa por un momento para luego llamar a Dedos, quien vino corriendo y se quedó quieto al lado de la latina, esperando alguna orden. El no tenia ningún problema con ayudar, era mas que feliz ayudando a su amiga Enid, quien ahora era parte de su familia.

—Prepara la gasolina, Enid y yo vamos a tener una cita.

Dedos fue corriendo fuera de la habitación animadamente. Cuando cerró la puerta, Wednesday miró fijamente a Enid, notando que estaba más inquieta de lo normal; pataleando levemente sus pies y moviendo su nariz.

—Wednesday. —La llamó Enid, pareciendo algo asustada. —¿Es normal que quiera tomar de tu veneno belladona? En verdad, siento que necesito tomarlo o moriré aquí mismo, tal como si no incendio algo. —Exageró Enid.

Wednesday resopló y se dirigió a los cajones, sacando una botella negra. Luego, volvió a acercarse a la cama suya y de Enid, acercándole la botella de belladona.

—¿Quieres esto? —Wednesday destapó la botella de veneno.

La nariz de Enid captó el fuerte olor, por instinto se alejó un poco. Aun así, quería tomar del veneno que solía gustarle a Wednesday. Siendo sincera, a ella nunca le llamó la atención probar, pero ahora sentía una extrema necesidad de digerirlo.

—Santa mierda, si. —Antes de siquiera pensar, el brazo de Enid se movió y tomó la botella de Belladona, llevándola a su boca.

Cuando terminó de beberla, sus ojos se abrieron de miedo. Dándose cuenta de lo que acababa de hacer.

—¡Wednesday voy a morir envenenada!—Se mordió las uñas, claramente nerviosa. Con sus ojos abiertos y tomándose su pecho, asustada.

—No te preocupes, el niño tomara todo el veneno. No morirás. —Dijo con voz plana.

La rubia se tumbó dramáticamente a la cama, tapándose los ojos con su brazo.

—¡Lobita en peligro!

Wednesday se quedo mirando a su amante de forma divertida y en cuanto menos lo espero, ella se había desmayado del susto.

__________

Los ojos azul claro se abrieron con dolor. Su cuerpo dolía y su respiración era agitada. Al parecer gritaba de dolor, mientras miraba unas luces blancas que cegaban su vista. Tal como cuando visitaba el dentista con su madre y toda aquella luz le dañaba sus ojitos.

Su cuerpo estaba completamente empapado, rasguñaba las sábanas con inquietud y dolor, sintiéndose eufórica.

Se permitió bajar la cabeza, para mirar que ella estaba abierta de piernas con su cuerpo agitado, mientras un enfermero la miraba con determinación, diciéndole unas palabras que no alcanzó a entender, porque todo lo que escuchaba solo era un zumbido en su oído. Sin llegar a escuchar correctamente al enfermero, solo grito de dolor.

¿Puppies? - WenclairWhere stories live. Discover now