El Brujo parte 2

898 101 2
                                    

Si no ganaba, no sería solo la paliza de ese imbécil, también la de su tío Gojo por perder.
Estaba por recibir un golpe directo, pero, el impacto nunca llegó. Yuta siente que algo de tensión abandona su cuerpo y abre los ojos, sorprendido de ver a Toge sosteniendo el puño del cretino que había insultado a su amigo. Inumaki gruñe, sí, gruñe y la piel del tipo palidece del miedo y huye. Después de unos segundos Yuta dejó escapar un suspiro de alivio.
—¡Atun!
—El tipo ese empezó.
—Takana.
—Claro que importa, no iba a dejar que hablara demás. ¿Quién era?
—Sujiko.
—¿Nagoya? Tiene cara de ser un tonto.
—Shake. Mentaiko.
—¿Esta celoso? ¿Por qué?
—Atun, Takana.
—Ya veo, es un envidioso, no es tu culpa ser más fuerte que él.
—Shake ¿Tuna, tuna?
—Queria volver a verte.
Toge frunce el seño, fingiendo molestia, pero en el fondo está feliz, Yuta estaba sintiendo lo mismo que él.
Ambos se miran. Yuta se pierde en esas pestañas largas y blancas. Mientras tanto Toge se pierde en esos ojos tan bellos.

Desde ese momento ambos de ponen de acuerdo en juntarse temprano por la mañana, sería más seguro para Yuta.

Todos los días se reúnen a conversar, Yuta se va perfeccionando cada vez más en entender a Toge. Su relación fluye tan natural como un río. Okkotsu aprende más sobre brujos, sus costumbres y de lo que son capaces de hacer si un humano los desafía o si ellos simplemente están de malas.
Yuta le cuenta sobre las leyendas que existen sobre ellos. Algunas muy ficticias y otras para mala suerte, no tanto. Son peligrosos, eso era más que obvio, pero a Yuta no le importaban los demás, sabía que, su Toge no le haría daño.

Yuta se estaba enamorando de Inumaki. Y este sin saberlo, estaba siendo correspondido.
Las primeras señales fueron, que ambos disminuyeron el espacio entre ellos, lo más natural que se pudiera, sin que el otro se percatara de sus intenciones de acercamiento. Ambos tan puros de mente que pensaban que si se tocaban podrían incomodar al otro.
Hasta que un día Toge frotó su cabeza contra el hombro de Yuta, este casi hace cortocircuito, se puso rojo como un tomate.
Otra vez, fue Okkotsu quien tomó iniciativa, tomó mechones de pelo de Toge y lo trenzo, diciendo que su pelo estaba algo alborotado, otra excusa para tocarlo fue colocar su mano en las mejillas de Toge y preguntar por sus marcas.
El tiempo que pasan juntos es todo lo que Yuta podría haber pedido en su vida. Es pacífico y tranquilo, algo con lo que podría estar feliz para siempre.

Pero como la vida es una completa pesada y le gusta ver el mundo arder, esa felicidad no duraría eternamente.

Continuará.....

Cuentos Yuta x TogeHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin