El Brujo

1.6K 125 15
                                    

En el pueblo donde creció Yuta okkotsu, había una leyenda, que hablaba de brujos. Seres mágicos y poderosos.
Si ellos alguna vez trataban de comunicarse, nunca se debía contestar. Si lo hacias debías hacerte responsable de las consecuencias.
No todos esos brujos eran malos o acechaban personas. Algunos solo iban de paso. Pero siempre existía algún desafortunado o un pobre iluso que le gustaba demostrar supuesta valentía y los desafiaban, o les invitaban a las casas. Y es ahí cuando ellos cobraban.
Se dicen muchas cosas de esos brujos, que presagian la muerte, que guiaban a los espíritus o capturaban las almas. Es por eso que es tan temido a pesar de solo ser una supuesta leyenda.
También cuentan que si se ha cometido el grave error de hablarle, para librarte de él, debes invitarlo a la casa y darle algo de comer o un regalo. Se debe dejar la noche anterior todo preparado para recibirlo. A la mañana muy temprano se aparecerá para que cumplas con la invitación. Puedes preguntarle sobre tu destino y este te responderá sin problemas, ya que estará agradecido por la invitación, aun así, no debes sobrepasar esa amabilidad. Después de terminado el desayuno este se ira y no lo volverás a ver jamás.
Hay quienes se aventuran a ir más allá y les tienden trampas. Usan un sello mágico debajo de la silla para atraparlo y luego este se desvanece para nunca volver.
Si es caso contrario, que por miedo decides declinar la invitación, este te acechara por días e incluso los familiares de la persona pueden morir por extrañas circunstancias o enfermedades, para así conseguir las almas como castigo.
El tío de Yuta, Gojo, siempre le contaba ese cuento, decía que, si creía en la existencia de aquellos brujos, no era algo que se debía tomar a la ligera. Muchos irresponsables habían desaparecido por andar de ingenuos o tomarlo en broma.
Nadie ha podido atrapar a uno de estos brujos para verificar la veracidad de las leyendas.
Si bien Gojo lo crió con aquellos cuentos, Yuta solo pensaba que eran historias para asustarlo de niño.
Un día, paseando por el bosque, disfrutando de las sombras de los árboles, escucha como se mueve una rama, cruje como si algo se hubiera posado en ella.
—¡Atún!
Pff...bien...eso a sido muy gracioso, pensó Yuta, quien rayos se le ocurría gritar el nombre de un pez en medio del bosque. Y aunque sabía que su primer instinto debería ser huir de los peligros desconocidos dentro del bosque, la curiosidad de Yuta se apodera de él. Sin dudarlo, sigue el sonido y se adentra más, con cuidado de no hacer demasiado ruido.
Cuando sus ojos se posan en la criatura, instintivamente sabe que está mirando a un brujo, aunque se ve diferente de lo que cuentan las leyendas. Se decía que los brujos eran seres feos, al estar involucrados con la magia negra, su castigo era convertirse en seres poco agraciados, para que los humanos lo pensaran dos veces, antes de involucrarse con ellos.
Pero este pequeño era realmente hermoso, cabello blanco suave, una cara fina con ojos morados. La única parte de la criatura ante él que lo marca inequívocamente como inhumano, eran sus marcas en el rostro.
El brujo colgaba de una rama, parecía un murciélago, pero al notarlo incómodo, casi asustado, Yuta supuso que no era la intención del chico estar en esa posición tan incómoda.
Okkotsu lo encuentra adorable ¿Enserio eran de temer realmente? Estaba encantado, hasta entretenido. Solo se da cuenta que ha sido descubierto, cuando el brujo le muestra los dientes y sisea, mientras sigue rebotando en la rama sin poder subirse.
Yuta sabe que esa rama no va a aguantar mucho, a pesar de que se ve pequeño, el crujido dice que no es tan liviano como parece.
Okkotsu se va acercando.
—¡Okaka!
—Tranquilo, no te haré daño, solo te atrapare, esta por romperse esa rama.
—Okaka.
—No estoy mintiendo.
¿Como rayos sabe lo que el brujo está diciendo?
Se acerca con cuidado, levantando los brazos frente a su pecho para mostrar que está desarmado.
—Ves, no tengo nada que pueda herirte.
—Tuna, tuna.
De repente la rama se rompe, Yuta lo agarra, el brujo cae en sus brazos y como predijo, el pequeño realmente pesa.
Pero la curiosidad le gana, ante cualquier otra cosa y no puede evitar preguntar.
—¿Porque hablas así? ¿No puedes decir palabras normales?
—Mentaiko, Tuna, Atún.
—Ya veo, un hechizo salió mal y te has maldecido. Eres algo bobo.
—¡Okaka!
—No te enojes, lo siento, a cualquiera le puede salir mal un truco, eso es verdad.
—Sujiko.
—Oh, así que hablas, pero al hacerlo maldices a otros.
—Shake.
—Es muy amable de tu parte entonces, seguir hablando conmigo, sin maldecir.
—Takana, ¿konbu?.
—No lo sé, simplemente te puedo entender.
—Takana.
—Mmm...
Yuta cae en la cuenta, que no ha bajado al chico y que ha estado conversando con él, teniéndolo en brazos.
—No te haré daño, lo prometo.
Extrañamente, Yuta, no quiere bajarlo. Esta cómodo. Y al parecer el brujito también, ya que no insiste en ser soltado.
Ambos se miran fijamente, algo pasa en el ambiente, es como si algo de paz y armonía se apoderara del lugar.
—Me llamo Yuta Okkotsu.
El chico duda unos instantes, luego pide ser bajado y se agacha, tomando una rama, para escribir T-O-G-E  I-N-U-M-A-K-I
—Toge es un hermoso nombre, mejor que Yuta.
—Okaka, Tuna, tuna.
—jajaja gracias por pensar que mi nombre es lindo.
El silencio se asienta entre ellos mientras Yuta intenta pensar en algo que decir. Ninguno de los dos intenta irse y con la adrenalina disminuyendo lentamente, Yuta descubre que quiere saber más sobre Toge. Hay muchas preguntas haciéndole cosquillas en la lengua, pero sabe que no debe hacerlas todas a la vez. En cambio, hace una pregunta a la vez.
Su encuentro se siente como un sueño para él. Incluso si ya miró a Toge el tiempo suficiente para recordar su rostro con los ojos cerrados, Yuta todavía está hechizado por haber conocido a un brujo, especialmente uno que es tan diferente de todo lo que ha escuchado.  Toge sabe que Yuta no le hará daño, parece estar completamente cómodo. Pasan las horas durante las cuales Okkotsu e Inumaki se van turnando para preguntarse cosas.
Cuando el sol comienza a ponerse, proyectando sombras de color púrpura, se separan de mala gana.
Toge mira a Yuta y le da un tierno beso en la mejilla, el rostro de Okkotsu arde, nunca había sentido nada igual, por ninguna chica o chico del pueblo.
En su camino de regreso, Yuta camina más lento de lo normal, casi como si estuviera temiendo volver a la realidad después de este encuentro mágico.
—Sobrino, donde estabas.
Gojo, parecía genuinamente preocupado.
—Estaba paseando por el bosque.
—Te entretuviste mucho, ¿te encontraste un hada o una ninfa?
A pesar de la broma de su tío, Yuta se pone colorado como un tomate.
—¿Usaste preservativo por lo menos? No quiero nietos con alas, no hasta hacerme la idea.
—¡Por dios tío, como se te ocurre, que voy a hacer esas cosas!
—Pero si tienes diecisiete, tus hormonas controlan tu cerebro.
—No es mi caso tío gojo. No repitas esas cosas en voz alta.
—Bien...pero usa preservati...
—¡Ya fue suficiente! Buenas noches.
Yuta sube avergonzado al máximo ¿Como se le podían ocurrir tantas cosas turbias a su tío gojo?
Pero pronto le daría la razón a gojo. Yuta se encuentra regresando al lugar donde encontró a Toge por primera vez, decepcionado cada vez que no está allí, esperándolo. ¿Seré el único que quedó maravillado y quería una amistad? ¿La vida era así de cruel? Ilusionandolo, haciendo conocer a una criatura de leyenda, para luego quitársela, sin anestesia.
Pero Yuta no se rendía, todos los días iba al mismo lugar y se quedaba horas, leyendo, dibujando o simplemente descansado.
Hasta que unas semanas después, escucha que alguien lo llama, el problema fue, que las palabras eran normales.
—¿Asi que tú eres el novio de Toge?
Yuta no sabe si sentirse feliz por eso del novio o indignado por qué llamo a Inumaki prácticamente escupiendo el nombre.
—Eso no te importa, largate.
—Un humano temerario, ya decía yo, que Toge no podía estar embelesado con cualquier basura humana.
—Solo veo una basura y no soy yo precisamente.
Yuta normalmente era un ser muy tranquilo, nunca se metía en peleas y mucho menos las empezaba, pero ese tipo, tenía talento para sacarlo de quicio. Si su tío gojo estuviera aquí, seguramente le diría que, si se mete en una pelea, más le valía ganar.




Continuará...

Cuentos Yuta x TogeWhere stories live. Discover now