XI

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Y aquí vamos otra vez.

Siento el disparo sonar y hacerle eco en mis oídos aún. No he pensado en eso desde la guerra pero, es raro oír un sonido como ése con un significado pacífico.

Aunque no sea tan fuerte para una persona común, sé perfectamente que al resto de los perros de la manzana y media les debe haber inquietado ese momento exacto. En ese momento me inquietó un poco también.

Pero corrí.

No pude ni sentir el dónde ni el cómo pero, yo recuerdo estar corriendo con menos de la fuerza con la que recordaba correr en los entrenamientos, porque no me hacía falta y, porque necesitaba prever los obstáculos que se me proporcionaban en el camino.

Di un salto, y pensé en que esa estructura que tenía que saltar era parecida a la entrada de un templo.

Me hizo pensar un poco en el templo.

Vaya, si ganaba podía llevarle a los chicos el premio. Kotetsu pediría detalles, seguramente.

Una segunda vuelta se hizo presente y, ya notaba cada vez más desprolijos y disparejos en cada paso que se daban. Sentía que estaba corriendo en arena por momentos, porque no estaba escapando de nada. Así que pensaba un poco en ello... ¿Está mal que me esfuerce y gane yo?

¿Está mal que yo sienta que ésto es algo sencillo, porque tuve una vida que exigía ésto tres veces y con una pierna desgarrada? No, no está mal. Creo que no lo está.

Pero me hace vieja.

Yo jamás pensaré en mí como una vieja, porque no lo soy.

"¿Nahoya? Alcé a un pequeño varoncito de por esos lados y, con tu mismo nombre alguna vez". He dicho frases así por montones. Ya no, eso me hace un poco más vieja.

Pero, ¿Sabes qué es lo que me mantiene jóven? La humanidad, porque aún siendo más vieja que todos ellos, soy más joven en el alma y... bueno, te aseguro que mis rodillas funcionan mejor que las suyas.

Corrí con más fuerza al verse aproximada una cinta blanca.

En tercero de secundaria tuve de éstas. Me encantó. Y tengo una foto de ello.

"¡Mírate! Estabas tan contenta" me había dicho Tomoe al verla una tarde, cuando Mizuki nos había reemplazado en un congreso divino, uno de los primeros. Teníamos la excusa perfecta para pasar el día haciendo... nada. "Te hacía falta una bufanda, ¿No?".

"No" le dije, aunque sí. De hecho, no tenía una bufanda desde los noventa, un gato me la rasgó entera. Pero Tomoe disfrutaba siempre de desgarrar los momentos más tiernos e íntimos, ahora señalando que yo me había envuelto la cinta blanca en el cuello. "Pero, ¿Sabes que? Eso es estar envuelta en gloria, Tomoe. Sensación que no creo que conozcas".

"Ay, por favor. La gloria puedo dártela yo si se me da la gana", me dijo. Y lo arrojé fuera del futón.

Hombres.

Todos iguales.

O eso dicen, y seguramente yo sea igual al resto de las enamoradas porque, después de más de un año, estaba corriendo con la esperanza de ganar y en vez de sentirme mal por ello, envolverme en la gloria que sólo él podía darme.

Verbal. Y físicamente, que también puede ser.

Pero como no es el punto, en ése momento corrí como nunca había tenido la oportunidad de apreciar que lo hacía. Corrí y llegué, sentí el pequeño y ligero peso casi invisible de aquella cinta. Sentí que eso me daba la posibilidad de que el alma me volviese al cuerpo.

Desaceleré paulatinamente hasta que pude darme la vuelta, y para cuando quise envolver la cinta en mi cuello para parodiarme a mí misma, estaba siendo completamente presionada por el cuerpo de mis compañeras de equipo, que saltaban a mi alrededor.

Así, se anunció que habíamos pasado a la siguiente ronda, de carácter regional.

Eventualmente, Nanami arrastró a Tomoe y a Mizuki, a éste último casi se le cayó la sombrilla. Mizuki es lindo, es como los ancianitos que van al templo, y me dan ganas de regalarles cosas y darles abrazos sólo porque son ancianos.

Tomoe también es como un viejito.

Como el viejito cascarrabias que aún se enoja mientras mira la televisión y le arroja un zapato.

El viejo cascarrabias de Tomoe se acomodó frente a quienes festejaban por el pasar a pistas más grandes, y yo simplemente sonreía como si fuera poco. Porque lo era.

Es decir, nunca había llegado tan lejos, pero para mí todavía era tan insignificante como el color de un plato.

Higurashi, mi capitana, acabó abrazándome.

---Ay, Higurashi-san, se va a llenar de sudor... No me...--- ella me interrumpió, y me tomó de las manos.

---Gracias.

Parpadeé desentendida.

---¿De nada?

Quizás ésto significaba mucho... ¿Por qué? ¿Habrán tenido pocos miembros para correr cuando ella había comenzado en el club? Quién sabe.

Tomoe se acercó a mí, y cuando no me detuve en acercarme pese al sudor, él fingió ofenderse.

---¿Disculpa? ¿A mí no me vas a echar porque estás sudada?

---No--- afirmé con seguridad, pero, ¿Existirá el día en que Tomoe no se decida en hacer una broma pesada que me deje completamente en ridículo? Ese día, si lo hay, no saldrá el sol... y la luna será color naranja.

Tomoe se cruzó de brazos.

---Es verdad, ¿Cuál es el problema? Si, en general, sudas más conmigo que con el...--- en otras circunstancias, hubiese sido yo, pero ésta vez era Nanami mirándolo con una mueca de desagrado y de inconveniencia, además de tener las mejillas teñidas de rojo. Tomoe, en humilde respuesta, se decidió en colocar una de sus delgadas manos sobre sus labios con la boca formando una circunferencia perfecta--- Ah, vaya. Perdón, ¿Era un secreto, Aoi?

En otras circunstancias, en realidad me hubiese generado una molestia pasajera pero, mientras mis compañeras se encontraron estados de éxtasis y felicidades que no recordaba haber visto en mucho tiempo, yo no podía desentonar con aquello.

Quizás eso me gusta de los humanos. El amor que sienten unos por otros. La humanidad es preciosa.

Los amo, y lo pienso constantemente. Así de mucho los amo.

Los dioses no son tan amables.

Mis compañeras de equipo hicieron también un comentario o dos de "ese guapo muchacho que viene contigo".

Pero sólo podía pensar en un recuerdo que en realidad tengo fresco en la memoria desde que sucedió. Me carcomió por una semana, cuando sucedió.

* * *

GENTE estoy re loca mil disculpas,,,,,, igual estoy contenta pq ésta historia ya está empezando a crecer granito a granito, y eso me hace feliz uwu

AY JURO Q CREI QUE HABIA ACTUALIZADO, no ayer sino hoy, pero me quedé re loca literalmente, ya me extrañaba q nadie comente JAJAJ

Another Date With The Moon || Kamisama HajimemashitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora