𝐏𝐚' 𝐃𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐬𝐞 𝐟𝐮𝐞

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Las primaveras son el reflejo del paso de la vida, algunas son más cálidas que otras; algunas llegan con una fuerte tormenta que arrasa sin motivo alguno las flores que comienzan a nacer bajo los rayos del sol.

Ha pasado un largo tiempo desde que era un niño.

Julián puede ver el paso del tiempo en el cabello de su madre, hay algunos mechones que han perdido un poco su color, son escasos pero puede ver reflejado esos dieciocho años que han pasado.

El paso del tiempo también está reflejado en el pequeño niño que llegó a darle esa pizca de felicidad a su vida junto con otro pequeño niño que es el reflejo de su padre; Carlos pronto cumplirá once años y Diego cumplirá seis.

La felicidad siempre ha estado presente en su familia, creció rodeado del amor incondicional de dos padres que le daban el mundo entero si él se los pedía.

Se sentía mal agradecido por la pregunta que no dejaba de dar vueltas por su cabeza, teme desmoronar la sonrisa que está en el rostro de su madre o dañar el corazón de su padre.

"Siempre debes ser valiente, Juli"

Era la frase que siempre usaba su padre.

Hay una pequeña parte de su corazón que se siente lastimada al ver a Diego frente a él. Su cabello poseé aquellos rizos desordenados, hay facciones tan similares a las de su padre que no puede evitar mirar con recelo.

Solo anhela entender el porqué de algo que lo atormenta desde niño, pues cada vez que Julián se atrevía a sacar el tema Lionel no parece estar dispuesto a darle una respuesta.

Su padre jamás lo ha dejado de lado, su relación nunca se fragmentó aún cuando llegaron dos niños más a darle aquella pizca de adrenalina a sus vidas.

Guillermo aún lo sostenía de la misma manera de cuando era un niño. Llena su rostro de besos cada vez que regresa de los entrenamientos o cualquier viaje de trabajo.

Nada ha cambiado entre ellos, pero siente que una parte de él hace falta.

La tempestad llega en una noche donde la pequeña familia cena con tranquilidad, cómo un huracán que azota en la costa los sentimientos de Julián parecen romper la calma que existía en su mente.

No puede evitar estrellar sus manos al tratar de obtener una respuesta y escuchar la negativa de su madre ante el tema.

— ¡Nunca me das una respuesta, llevo años fingiendo que es algo que no me importa y tú solo no te atreves a decirme la verdad! ¿Dónde está mi padre? —

Es la primera vez que alza la voz en busca de la tranquilidad, los ojitos de Diego se llenan de lágrimas al no comprender la reacción tan agresiva de su hermano mayor, buscando consuelo en los brazos de su madre.

Lionel quiere gritar de igual manera, pero sabe que solo asustará más a sus hijos y no ganaría absolutamente nada llegando a los gritos.

Parece que por un momento en aquel arranque de ira puede ver reflejado a Emiliano.

Guillermo parece no opinar lo mismo, pues se levanta a la defensiva pero no sale ni una sola palabra de sus labios pues en sus ojos se ve el reflejo de que algo se rompió.

El mexicano solo toma en brazos a su hijo más pequeño y después toma la mano de Carlos para dirigirse hasta su habitación.

No hay palabras, no había una explicación, solo el silencio que dejó toda la tempestad que había caído.

𝐇𝐈𝐉𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 [𝙼𝙴𝚂𝚂𝙸𝙲𝙷𝙾𝙰]Where stories live. Discover now