𝑨𝑵𝑮𝑬𝑳𝑼𝑺 𝑺𝑨𝑳𝑼𝑻𝑰𝑺

CAPÍTULO 7 : HAEC EST MORS TUA

''¡No puedes hacer eso!''- Dios corrió detrás de Harry -''¡Maldito, no te dejaré hacerlo''

La frente de Harry choco con la de Dios, El Diablo miro directo a sus ojos, apretando los dientes como si quisiera romperlos en pedazos, con su aliento chocando con la boca del Señor.

''Tu, Tu no vas a decirme que hacer, nunca'' la ira y el recelo brillaban en los ojos verdes de Harry ''Voy a hacer lo que me plazca, si quiero matar a un niño, voy a hacerlo''

El Diablo empezó a temblar de la ira.

''¿Crees que me produce algo matar niños? ¿Crees que me atormenta la cabeza?, me importa una mierda doblarle el cuello a un niño, ¡me importa una mierda!'' Harry le grito en la cara a Dios.

Manejarlo ahora era como estabilizar un volcán en erupción, totalmente imposible.

''Harry, sé que puedes entender, solo dejame hablarte ¿si?''

''¿hablar? ¿Quieres hablar?, ¿con quién crees que puedes hablar?''

''Harry, en serio, solo dejame hablarte'' Harry levanto su mentón, arrogante, dándole una sonrisa de dientes completos y ojos bien abiertos. Jodidamente aterrador.

''Tú no puedes manejarme''

Y en un parpadeo ya no estaba, tan rápido como llego se fue. Era inevitable.

˜˜˜˜˜˜
Intentar describir lo que paso con Lucas rozaba lo vulgar e inhumano, algo que encajaba demasiado bien en el perfil de Harry. Las consecuencias de una vida entera de odio y maldad son mortales cuando se pone en práctica.

Lucas Gales desapareció esa misma noche, en los testamentos antiguos no hay registro de donde ni como desaparecido Lucas y mucho menos que paso con él. Es como si salteáramos un gran número de hechos que ningún mortal fue capaz de redactar.

Solo en Harry vive el recuerdo del macabro fin de Lucas. Del cual, muchas personas de los más altos rangos de iglesias de diversas religiones, creen que las manos del Diablo aún están manchadas con la sangre del niño.

Si se tenía duda de que paso con Lucas, el como Louis nunca noto la obvia ausencia eterna de su compañero era aún más difícil de explicar.

La respuesta era más simple de lo que se pensaba. Harry. El Diablo era la respuesta.

Harry manipulo hasta el más mínimo detalle de la vida de Louis a su propio favor, moviendo rincones de su memoria y eliminando recuerdos que podía llegar a causarle algún problema no deseado al Diablo. Uno de ellos fue la mera existencia de Lucas.

Louis nunca volvía a preguntar, porque durante los siglos de los siglos nunca volvió a recordar a su amigo.

Harry lo creía mejor así. Amoldar al niño a su gusto era lo más razonable, por lo menos para él. Pero algo le soplaba en la nuca y no sabía que era, una incertidumbre difícil de explicar. Por lo cual, mantener al niño bajo un completo y detallado control era necesario.

Los libros antiguos nunca fueron capaces de poner en papel lo que era Harry. No alcanzaban las hojas y la memoria para expresar como un hombre podía ser la personificación de la maldad, de la enfermedad y de la muerte, y aun si las palabras quedaría cortas.

Dios no se atrevió a intervenir en el destino de Lucas. Pero podía oír los gritos del niño desde lo más alto del cielo. Exclamando piedad, la cual fue ignorada.

Las antiguas hojas de los libros remontan su historia a los tiempos en los que el Angelus tendría alrededor de 15 años.

Ya no era un bebe, pero aún era un niño demasiado puro. Sus brillantes ojos celestes conservaron su brillo durante toda su vida. Con su cabello suave un poco más largo pero igual de rebelde que tiempos atrás, y su brillante personalidad.