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Sus manos ya no temblaban.

Sus ojos ya no dudaban mirando hacia la cámara de seguridad.

Sus piernas no flaqueaban cuando alguien hacía amago de pasar a su lado.

La mascarilla ya no le hacía sentirse ahogado.

El gorro de en su cabeza que cubría sus ojos por completo no le picaba.

Ya no temía porque estaba acostumbrado.

Con una rapidez increíble pudo meter a su mochila tres paquetes de tteokbokki para cocinar y más tarde dos cajas más de ramen instantáneo en una tienda de conveniencia distinta a la primera. Su mochila iba llena a ese punto y al salir de estas tiendas como era normalmente que hacía, nadie sospechó de él. Pasó inadvertido entre todas las personas que iban y venían por ahí, sin mirar nada más que sus teléfonos celulares sin levantar la cabeza de ellos.

Jungkook no les juzgaba. Él de seguro sería uno de ellos si tuviese internet porque ciertamente, no contaba con eso. Se colgaba a al wifi de su vecina y no podía hacer mucho para su entretención porque eso no era parte de su día a día. Pensar en él no estaba en sus planes. Nunca.

Sopló un poco la sopa caliente que pronto podría calentar su cuerpo. Luego de que pudiese pagar la fianza de su hermano se aseguraría de juntar dinero para reforzar de material su hogar y si miraba un poco más hacia el futuro, quizás comprar algún calefactor. El invierno era increíblemente crudo. Si bien estaba un poco acostumbrado a ello luego de tanto tiempo, seguía siendo un ser humano que sentía. 

Observó su teléfono en la mesa. 

Taehyung.

Tenía quizás más de cinco mensajes sin responder del chico. Habían salido hace una semana y desde ese día Jungkook había decidido que sería buena idea ignorar sus mensajes, no porque así lo quisiese, si no que era lo mejor. Dentro de sí mismo sabía que no podía aprovecharse de la amabilidad de una persona como él por mucho que sus pensamientos quisieran otra cosa. 

Suspiró y llevó los fideos ardiendo a su boca. Se hizo un ovillo en el sillón, pensando. Él nunca era así de bondadoso, en otros momentos se hubiese aprovecha ferozmente de la situación pero...

Algo tenía.

Al chico le habían dado un aumento en su trabajo, si quizás él se acercara más y tratara de encajar en su círculo, tendría oportunidad de alcanzar a algo más. Pero, demonios, gran problema, había comenzado con el pie izquierdo desde que decidió asaltar por primera vez a una persona con el corazón más blando que alguna vez hubiese conocido. 

Bufó.

La soledad le hacía pensar tonterías. Sin darse cuenta sus dedos sangraban debido a la presión inconsciente que hacía al estar ansioso. 

¿Qué podría salir mal de eso?

Bueno...si se acercaba un poco, podía tener más conexiones. Aquello era un beneficio total. No sería un descarado para pedirle dinero a Taehyung, solo que habían ciertas cosas que lucían con un mejor panorama a su lado.

Dejó el pote ya vacío de fideos en su pequeña mesa de centro. Vacía, con un poco de polvo. Fue directo al baño para limpiar la sangre de sus heridas abiertas con jabón. Mucho jabón.

Necesitaba pensar menos.

[...]

Día lunes. Su enemigo. Si tan solo no entrara a trabajar tan temprano, tal vez no se quejaría tanto como lo hacía. Hoseok el lunes era un caos. Él los lunes era un caos. 

Su amigo se procuraba de dejar el desayuno listo para él a pesar de que entrara a la Universidad casi tres horas más tarde. 

—¿Sabías esa teoría nueva de los animales humanos? —Taehyung comentó completamente impactado con la mirada en su teléfono. 

Hoseok depositó una taza de té humeante frente a él sentándose a un costado, aun llevaba su pijama y pelo revuelto. Algo confundido soltó una risa.

—¿Qué hablas, Tae? Toma ese té, anda, te queda media hora —le llamó la atención. Este le hizo caso sin soltar su teléfono, pero sorbiendo su té con mucho entusiasmo de sentir el sabor delicioso.

—Lo vi en TikTok, hay mascotas que actúan sospechosas. Sus dueños les dejan solos y por las cámaras observan que estos comienzan a actuar como personas, de hecho, había un perro que tomaba desayuno así tal cual como lo estamos haciendo.

—¿Tomaba té?

—No sé si té específicamente pero sí se sentaba como nosotros. Que diabólico —sonaba impactado, bloqueó su teléfono celular y tomó una tostada llevándola a su boca. 

—Es TikTok, Tae, cualquiera puede decir eso y gente le creerá.

—Pues yo les creo.

—Gente ingenua, ya lo ves —bromeó—. No tenemos mascota, no lo sé. De todos modos, no creo en eso. 

Un sonido en su teléfono le hizo cortar la conversación. Observó con un poco de pereza sus notificaciones y casi escupió el té en la cara de Hoseok.

—Taehyung, ¿qué diablos? —le reclamó su amigo con cara de asco, limpiando de inmediato con unas servilletas las pocas gotas de saliva que habían saltado hacia su pijama.

Era Jungkook. 

¡Le había escrito!

Luego de días de espera. 

Porque sí, Taehyung había esperado mucho su mensaje. Pensó miles de cosas, en serio lo hizo, de hecho hasta había perdido la esperanza de que el chico le escribiera algo. Como persona ansiosa que era, ya había inventado una y mil teorías del por qué Jungkook no le había vuelto a escribir desde ese día en que se juntaron.

Al parecer ninguna era la acertada. 

Ladroncín

Hola

Perdona la demora, no tuve internet estos días.

Oh...así que todas sus teorías, ¿estaban erróneas? Ninguna de ellas era relacionada a que el otro chico no tuviese acceso a redes sociales. Era algo poco común si lo pensaba. 

Bueno, una semana sin internet, debía ser una mierda. 

Limpió un poco la comisura de sus labios, pensativo. No sabía si responder de inmediato, quizás sonaría algo...¿desesperado? Claro que lo haría.

Taehyung?

¡No pasa nada! :D ¿Cómo estás? Jejej hace tiempo no sabía de ti

Dios.

Sus manos habían tecleado quizás sin conectarse tanto con su cerebro.

Hoseok ya comenzaba a mirarlo raro, así que prácticamente tragó su té sin importar el ardor que eso le produjo y corrió hacia su habitación para cambiarse de ropa e ir al trabajo. 

Camino al trabajo no dejó de pensar en Jungkook.

Era un bobo.

Pero no podía sacarlo de su cabeza. 

¿Qué le había hecho aquel ladroncín? 

THIEF → taekookWhere stories live. Discover now