Terminó tan abruptamente como comenzó y cuando él se separó, sus piernas estaban débiles, su cabeza daba vueltas debido a la falta de oxígeno combinada con la excitación renovada, y había humedad nueva acumulándose entre sus piernas otra vez.

―Qué- ―chilló y se aclaró la garganta―. ¿Por qué fue eso?

―Nada ―dijo Levi, aunque su voz baja estaba inestable―. Se ha hecho bastante tarde. Deberías ir a dormir.

Ese hombre nunca le hacía las cosas fáciles.

―¿Y tú no necesitas dormir o qué?

―Deja de discutir conmigo. ―Su ceño fruncido no era tan convincente como ella estaba acostumbrada; la energía del beso aun chispeaba en el aire entre ellos.

―A veces eres tan mandón. ―Nora rodó los ojos―. ¿Puedo por lo menos usar tu baño?

―Solo cállate y hazlo de una vez.

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Ella estuvo de vuelta en unos minutos y Levi la estaba viendo acercarse a su cama desde su sillón. La heridas en sus muslos ―todas ya sea curadas con piel nueva y rosa o costras, algunas de ellas con la ayuda de suturas― eran bastante notorias en contraste con su piel pálida. Contó cinco cortes que no estaban tapados por la camisa que estaba usando, su camisa, como si fuera uno de sus ridículos sueños imposibles en lugar de la realidad. La mayoría de ellas dejarían cicatriz, al igual que las de sus brazos. Como si ella necesitara recordatorios de ese horrible día.

En la escasa iluminación, las pecas de Nora eran menos visibles. Levi se preguntó si tenía tantas en su espalda como tenía en sus brazos, hombros y piernas. Le molestaba lo mucho que quería descubrirlo.

―Así que, ¿esa es la silla en la que duermes? ―preguntó, acomodándose debajo de las mantas de su cama usualmente desocupada.

La mocosa nunca lo dejaría ir, ¿no?

―No empieces esta mierda de nuevo. ―Hizo lo posible para lucir fastidiado.

Nora bufó, sus ojos en el techo. Su cabello estaba extendido sobre su almohada, como había estado antes, como había estado innumerables veces en sus fantasías, y sus dedos se retorcieron antes la vista.

―No me puedes culpar por encontrar esto incómodo ―ella le dijo al techo.

―Tendrás que ser más especifica que eso ―Levi dijo sin expresión, porque francamente, después de todas las cosas que le dijo y lo que hicieron, no podía ver cómo esta situación podía ser cualquier cosa menos incómoda.

Cuando pelearon más temprano, probablemente debería haberla callado y haberla echado, justo como ella había sugerido, pero él nunca había sido un mentiroso. Y no era ninguna sorpresa el que no pudiese confiar en su razonamiento y prudencia cuando tenía que ver con la mujer que actualmente estaba acostada en su cama. Cuando ella le dijo que hiciera con ella lo que quisiera, sus siguientes acciones le parecieron perfectamente razonables, de hecho.

No se arrepentía.

―Bueno, estoy tomando tu cama y tú estás sentado allá, después de que nosotros... ―Su voz se fue apagando. Él no tenía intenciones de completar la frase―. Podríamos simplemente compartir, como, ya sabes, harían las personas cuerdas. ―Añadió la broma casualmente, como si no fuera nada, aunque no lo mirara.

Levi estuvo en silencio por un buen tiempo, luchando por la misma causa perdida de siempre. Al final suspiró, irritado consigo mismo.

―Si prometes callarte de una vez e ir a dormir.

Once More, with Feeling  [Levi Ackerman] TraducciónWhere stories live. Discover now