17. Enloquecida

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Cuando Nora cerró la puerta de la oficina detrás de ella, Levi ya había tomado su lugar en el escritorio

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Cuando Nora cerró la puerta de la oficina detrás de ella, Levi ya había tomado su lugar en el escritorio. Sacó la silla del lado opuesto girándola en un ángulo que le permitiera descansar un brazo en el borde del escritorio y para evitar estar cara a cara con él directamente.

Por un buen tiempo, ninguno de los dos habló. Levi estaba encargándose de un poco de papeleo ―Nora vio que estaba relacionado con los nuevos miembros de su escuadrón― y se le ocurrió que probablemente debería sentirse incomoda sobre toda esta situación. En su lugar, estaba relajada.

A la derecha de Levi había una taza vacía sin mango, notó con un sobresalto. Así que de verdad usaba el regalo que le dio en su cumpleaños, o mejor dicho, que dejó en su escritorio cuando no estaba allí. Nada especial, se dijo a si misma, solo era loza. Pero aun así, era agradable verlo.

No había ningún otro sonido en la habitación además del crujido ocasional de papeles cuando Levi le daba vuelta a una hoja. Los parpados de Nora se sentían pesados y su mente completamente tranquila.

―Deberías ir a la cama ―dijo él cuando bostezó por tercera vez. En ningún momento se había dado cuenta de que siquiera la había estado mirando.

―Dice el hombre que siempre está durmiendo en una silla. ―Lo señaló con su barbilla, ignorando la expresión amarga en su rostro―. ¿Esta es la que usas para tomar tus siestas?

―No, idiota. Tengo un sofá en el dormitorio.

―Ah, por supuesto. ―Asintiendo, Nora respondió su cara de pocos amigos con una sonrisa gentil―. Al lado de la cama que no usas.

―Si, exactamente. ―Levi rodó los ojos―. ¿Por qué mierda estás tan obsesionada con esto?

―Porque es raro, esa es la razón.

―Te diré lo que es raro. ―Se inclinó de vuelta en su silla con sus brazos cruzados y un brillo peligroso en sus irises acerados que estaban fijos en su rostro―. Raro es presentarse en mi puerta en medio de la noche sin una explicación razonable.

La atrapó en eso. Cualquier cosa que dijera sobre ese asunto solo podría avergonzarla aún más.

―Está bien, entonces ¿por qué me invitaste a entrar? ―preguntó Nora, sosteniéndole la mirada.

Apoyando sus brazos cruzados en el escritorio, Levi se movió hacia adelante, cerrando algo de la distancia entre ellos.

―Quizás... quizás soy raro también. ―El tono de su voz descendió aun más, causando que un escalofrío recorriera su espalda; sus ojos entornados la estaban escrutando con una intensidad que estaba lejos de ser relajante. De la nada, estaba muy despierta.

―Pensaría que sí ―logró responder, sonando sin aliento.

Mantener su mirada era casi tan fácil como darle un golpe cuando practicaban y tuvo que apartarla pronto, sintiéndose inquieta y muy caliente por todos lados. Cuando miró de vuelta, la expresión de Levi no había cambiado, seguía clavándose en ella, sugestiva y conocedora.

Once More, with Feeling  [Levi Ackerman] TraducciónWhere stories live. Discover now