02. Miradas azules

120 10 3
                                    

Narra Michael

El director Webber abandonó su tono pasivo, su rostro se partió de preocupación al mirar como aquella chica pelirroja se desplomaba en el piso.
Yo no podía sentirme mas apenado por aquella situación, desde el inicio aunque sabía que esto no era una buena idea no me negué y ahora un chico rubio sostenía el cuerpo flácido e insconciente de otra persona por mi culpa.

Yo miré a Bill, quien se mantenía paciente como siempre, mientras John los miraba más apenado de lo que yo estaba, y la furia hacía él empezaba a crecer dentro de mi. Suspiré hondo, y caminé hacia el hombre al otro lado de la sala.

—¿puedo ayudar en algo?—el doctor Webber me miró alarmado al acercarme.

—por favor quédese aquí, Señor Jackson.—juntó sus manos en forma de súplica, y salió disparado acompañando a los otros chicos lejos de la habitación.

—Bill.—murmuré al sentir ya su presencia junto a mi.—¿crees que regalarles entradas al concierto solucione algo?—tomé su hombro, no para llamar su atención, sino para sostener mi cuerpo débil. No había desayunado y el susto no terminaba de repetirse en mi mente, las miradas preocupadas que se posaron sobre mi me torturaban.

—las tengo en el auto.—respondió frunciendo el ceño. John se acercó a nosotros al verse desocupado en la soledad de la habitación.—¿quieres que las traiga? ¿Seguro que quiere arreglar cada error con una entrada gratis a su concierto?—continuó Bill al mirar mi expresión en silencio. Suspiré hondo.

Habían cantidades de propuestas de John que no me dieron buena espina, entre ellas este encuentro innecesario, ¿que hacía yo aquí mientras podía estar refinando detalles y ensayando en mi trabajo? No era necesario estar presente cada vez que se daba una donación, jactarse de la caridad es algo que no soporto, y sabía muy bien que John lo hacía con la esperanza de que la gira tenga mucho que ver con esto.

"Es algo rápido, solo es acto de presencia. Necesitamos que vean que estás ahí", sus palabras antes de llegar se apuñalaban en mi interior.

Si bien la culpa y la pena que sentía no se me irían tan fácil de encima; sabía muy bien que yo no era el responsable de esto.

—olvídalo.—le respondí a Bill, tratando de acallar mi enfado al ver que los doctores se acercaban de nuevo a la habitación, y para mi sorpresa la chica que se desmayó venía con ellos, pulsando un algodón cerca de su nariz.

—Lo siento.—Webber continuó caminando zancadas largas a hacia mi.—un pequeño inconveniente, pero esto te pasa seguido, ¿no es cierto?—bromeó, obligándome a cambiar mi expresión por una pequeña sonrisa que no sirvió de mucho.

Si supiera que me devastaba.

—déjeme presentarle a los doctores, señor Jackson.—continuó, yo asentí, posicionando las manos detrás de mi espalda, dándome cuenta de sus caras ahora preocupadas y no pude evitar sentirme aun más culpable.
—tenemos a la doctora Alice Johnson, el doctor Gunther Famik, Geller Hang, Hayley Jones, Jackie Hardy y Jenna Miller...—la mayoría me saludaron, considerados y tranquilos, haciéndome sentir más en paz.

—Lo siento.—susurró la doctora Hayley, tapando su apenado y rojo rostro, sus manos pálidas todavía temblaban. Yo negué con la cabeza, y atreviéndome a lo que mejor sabía hacer; le abracé delicadamente por unos segundos. Ella sonrió. —Aún no lo puedo creer.—susurró, miré como su ojos se tornaron vidriosos y los doctores detrás de ella se reían sin disimular.

—nosotros tampoco, cariño.—la doctora Alice sobó su brazo con ternura y me sonrió calmante.

—Dios, discúlpame, no quería causar esto ni mucho menos que te sintieras mal.—levanté mi mano, buscando el perdón en su rostro que de inmediato me brindó.

Sanando Heridas/Michael Jackson.Where stories live. Discover now