Capitulo 23. Atrapado en tu corazón de mariposa.

Start from the beginning
                                    

-Tanjiro.

- ¿Sí?

- (Alza la mirada) Te amo.

-Kanao (Sonrojado) Yo también te amo.

-Se besan-

- (La recuesta en la cama) Kanao, y-yo... no puedo más, déjame sentir tu cuerpo cerca del mío... por favor.

- (Sonrojada) Tanjiro.

-Lo siento, me volví a precipitar.

- (Acaricia sus mejillas) No te disculpes.

-Kanao.

- (Lo besa) No necesitas disculparte, mucho pedir permiso para acercarte a mi... ya no más.

-Kanao.

-Es más. (Desabotona su camisa) Permíteme ser yo la que dé el primer paso esta vez.

-...

- (Leve sonrojo) Es evidente que te has ejercitado en todos estos años.

- (Gota de sudor) S-Si. Me ha ayudado a no sumergirme demasiado en mis pensamientos.

-Que método tan conveniente.

- (Besa su cuello) Si, lo es.

-Ah...

- (Acaricia sus piernas) Tus piernas son tan tersas, tal y como como las recordaba.

- (Nerviosa) Que cosas tan vergonzosas dices, Kamado Tanjiro.

-Pero ciertas, mi querida Kanao.

- (Acaricia su torso) Creo que ya fue suficiente de hablar, ¿no?

-De nuevo tienes razón.

-Se besan-

- (Baja el cierre del vestido) Al fin me desharé de ese provocador vestido tuyo.

- (Jadea) S-Si.

- (Después de tantos años, la vuelvo a tener entre mis brazos) Kanao.

- (Ah, no entiendo como pero siempre caigo en su mirada rojiza) Si, adelante.

La tormenta que se manifiesta afuera no nos impide amarnos a plenitud en estas cuatro paredes; recuperar con cada caricia, cada beso, cada rasguño en esa fornida espalda, el tiempo que perdimos pero que, a su vez, nos enseñaron la importancia de perdonarnos y extrañarnos en todos los aspectos posibles. 

-Buenos días, señor Muzan.

-Buenos días, Tanjiro. Por tu semblante, debo suponer que pasaste una excelente noche.

- (Desvía la mirada) Y-Yo... Lo siento, no quisimos mancillar su morada.

-No te preocupes por eso. Sabes, yo también tengo ese tipo de necesidades.

-Agradezco su comprensión.

-Buenos días, joven Kamado. ¿Gusta un jugo de naranja?

-Si, gracias.

- (Extiende su mano) Señor Muzan, aquí esta lo que me pidió.

-Eso fue rápido, Carol. Gracias, puedes retirarte.

-Si, con su permiso.

-Tanjiro.

- ¿Sí?

- ¿Recuerdas que hace unos años me diste a guardar parte de tu salario?

-En realidad, quise que tomara ese dinero como una forma de gratitud por toda su ayuda.

-Lo hice con gusto, y lo sabes.

La mariposa que se poso en mi ventana |Finalizado|Where stories live. Discover now