Capitulo 23. Atrapado en tu corazón de mariposa.

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Realmente Tanjiro pensaba que haciendo llorar al mundo, evitaría que este lastimará a los que más apreciaba. La culpabilidad no existía en su vocabulario, hasta que un día se encontró con el mayor desafío de su vida: Kanao Tsuyuri. Creyó que sería fácil jugar al amor, pero su mirar, su sencillez y su belleza interna como externa, lo hicieron perder la razón... a tal punto de caer en su propia trampa. ¿Podrá ahora ser capaz de alcanzar el perdón absoluto de esa mariposa que, sin querer, lastimo? Tal vez el tiempo y esos ojos violetas le den la respuesta.

- (Jadea) T-Tanjiro, espera.

- ¿Qué sucede, Kanao?

-E-Es que... Estamos en casa del señor Muzan y...

- (Nervioso) Cierto, por un momento lo había olvidado. Es que con tu accionar, perdí un poco la cordura.

-Así ha sido desde que nos conocemos.

-Kanao.

- (Se levanta) Vámonos, aun debo darle su medicina a Shigeru.

-Kanao, y-yo...

-Me imagino que quieres verlo y decirle que seremos una familia, ¿o no?

- (Eso quiere decir que si está dispuesta a intentarlo de nuevo) Si.

-Joven Kamado.

-Si, Carol.

-El señor Muzan me pidió decirles que pueden pasar la noche aquí, dado el estado del clima.

- (Al unísono) ¿Estado del clima?

- (Asiente) Hay tormenta eléctrica y es muy riesgoso salir en estos momentos.

-Eh...

-Vengan conmigo, los llevaré a su habitación.

-Si no queda alternativa. Vamos, Kanao.

- (Gota de sudor) S-Si.

- (De un momento a otro Kanao se puso nerviosa) ...

- (Abre la puerta) Si necesitan algo, no duden en hacérmelo saber.

-Si, gracias.

-Con su permiso.

-A-Adelante.

- (Nervioso) Seguramente Carol piensa que estamos casados.

- (Se sienta en la cama) S-Si.

- ¿Sucede algo, Kanao?

-N-No...

- (Se sienta a su lado) ¿Aun dudas de mi sinceridad y sentir hacia ti?

-En realidad...

-Estruendo-

- (Sujeta su brazo) L-Lo siento, es que...

-Kanao, ¿le tienes miedo a los truenos?

-Mis padres murieron en un día como este y...

- (La abraza) Tranquila, comprendo.

- (Sonrojada) Tanjiro.

-Estoy contigo, no hay porque preocuparse.

- (Por un momento había olvidado lo cálido que era estar entre sus brazos) Gracias.

-Por el contrario, gracias a ti por darme la oportunidad de estar cerca de ti... y de nuestro hijo.

-...

-Te prometo que me esforzaré cada día, para que nunca te arrepientas de haberme dado otra oportunidad.

La mariposa que se poso en mi ventana |Finalizado|Where stories live. Discover now