Capítulo 14: Reencuentro

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Capítulo 14: Reencuentro

Cuando digo que NO debería hacer ciertas cosas, REALMENTE debería escucharme a mi misma. No me escucho ni a mi misma ¿y mi madre esperaba que la escuchara a ella?.

Suerte con eso.

La misma niña esta sentada en las escaleras, pero esta vez sola. Juguetea con sus pies debido a que el escalón es muy grande para ella.

¡Es adorable!

Espera, es hija del enemigo.

Pero mira esa carita.

¡Contrólate!

Camino hacía ella con Kanan en brazos. Ella levanta la carita al notarme y su rostro se ilumina alegremente.

¿Me reconoce después de un vago encuentro? No debo subestimar a los niños en definitiva.

—¿Eres Lora?— me pregunta con su linda voz infantil.

—¿Lora? ¿No cariño, me llamo Jessica? ¿Y tú?

—Soy Ana.— me dice con una sorprendentemente buena pronunciación para su edad mientras extiende una mano hacía mi como una pequeña adulta.

A su edad yo me comía el pegamento.

—¿Por qué crees que me llamo Lora?— le pregunto solo por curiosidad.

—Mamá dijo "Lora, lora, ella es una lora"

Oh.

Ya entendí.

Me acuclilló frente a ella para hablarle a su altura. Ella mira entusiasmada a mi cachorro.

—¿Quieres acariciarlo? No muerde.

Ella ni siquiera duda. Se lanza sobre él y Kanan sobre ella. Él le lame la cara y ella ríe.

De ser un cachorro asustado mi hijo se ha convertido en un fácil.

De tal hijo tal madre.

—Dime linda, ¿por qué estas aquí con tu madre?

Ella se lleva un dedo a la boca como si fuera un habito de nerviosismo antes de decirme:

—Porque mamá no encuentra a papá.

Hijo de...

Respira, respira.

—¡Ana!— escucho la voz castrosa de su madre.

Ella cruza la calle para llegar a nosotras.

Tira de la frágil niña con demasiada brusquedad hasta ponerla detrás de ella. Yo apenas logro agarrar a Kanan para que la niña no lo deje caer.

—No te acerques a mi hija— me amenaza.

—Me alegra que aparecieras estaba por llamar a servicios infantiles.— respondo solo porque quiero molestarla.

—¿Qué quieres decir con eso?— me grita indignada.

—Dejaste a tu hija de cuatro años sola en una calle cómo está. Solo es el curso lógico de acción.

Parece que quiere tirar de mi pero me alejo ágilmente antes de que pueda tocarme. Luan, cuando la conocí era una mujer impresionante, cabello oscuro perfecto, piel bronceada de modelo, sexi, elegante, misteriosa y mayor. Mayor para mi y para Tony que en ese entonces no pasábamos del los veintitantos, para Tony una mujer experimentada en sus treinta era sin duda algo sexy y llamativo, lo suficiente como para engañarme y luego dejarme pero ahora lo que sea que haya pasado en su vida durante estos últimos cuatro años parece haberla echo envejecer demasiado rápido.

Propiedad de la mafiaWhere stories live. Discover now