La noche más linda [Pedri & Gavi]

31.

Logré que Pablo cayera dormido en mis brazos luego de una larga charla en busca de convencerlo de que todo iba a salir bien.

Le mandé un mensaje a Ferran avisándole que no iríamos por un problemita de último momento, él entendió todo y apenas deje el móvil a un lado miré a mi pareja con preocupación.

Me dolió mucho escuchar como se disculpaba por el problemon que se armo en Twitter e intentaba buscar una solución para que mi imagen no se vería afectada. La rabia era un sentimiento que casi no se hacia presente en mi, pero en estos momentos estaba intentando buscando alguna manera de vengarme de todos y cada uno de los que hicieron llorar a Gavi.

Acariciaba su cabello con suavidad, el sueño ya me estaba comenzando a ganar pero quería asegurarme de que esté durmiendo bien para que mañana tenga energías, jugariamos los cuartos de final contra Portugal. Los jugadores que conformaban ese equipo eran bastante buenos, ya con Cristiano era otra cosa, aunque últimamente tuviese un lugar asegurado en el banquillo.

Me acomodé un poco mejor en la cama mientras lo observaba descansar cómodamente, al cerrar los ojos la ola de cansancio invadió todo mi cuerpo haciendo que cayera dormido casi al instante.

[...]

Abrí los ojos con una pesadez inexplicable, tal vez haberme quedado despierto hasta tan tarde me pasaría factura, menos mal el partido era mucho más tarde.

Al no ver a Pablo al lado mío reaccioné al instante levantándome de la cama y mirando hacia varios lados, al ver la puerta del baño abierta y con la luz encendida fui hacia allí para ver si lo encontraba.

Y efectivamente, al verme se acercó e intento forzar una sonrisa, sin decir nada rodeé su cintura con mis brazos y dejé un pequeño beso en su cuello –. Buenos días mi vida ¿cómo estás?– Dije mientras sentía como todo su peso caía sobre mi cuerpo.

–. Buenos días amor– Respondió mientras se frotaba contra mi hombro –. Mejor que anoche, me duele un poco la cabeza nada más– Me separé ligeramente y acaricié su mejilla con una de mis manos.

–. Tienes las ojeras muy marcadas príncipe, si quieres podemos hablar con el Mister para-...– Ni siquiera pude terminar porque me interrumpió a la mitad.

–. ¡No! Voy a estar bien para la hora, te lo juro, pero no le digas nada por favor– Asentí algo dudoso sobre su afirmación.

–. Bien... ¿Te parece si nos duchamos ya para así bajar a desayunar?– Sugerí mientras mi mano subía y bajaba con delicadeza por su espalda.

–. Claro, solo busco mi ropa y ya ¿si?– Volví a asentir y antes de alejarme de él dejé un beso casto sobre sus labios.

La ducha nos dio a ambos un mejor aspecto, cosa que agradecimos porque las preguntas eran lo último que nos vendrian bien.

En el desayuno estuvimos más callados que de costumbre, no solté la mano de Pablo en ningún momento. Realmente estaba preocupado por él, era un hecho que entre los dos él era el más sensible. Me preocupaba que su cabeza trabaje de más tocando el tema que nos arruinó el día ayer, aún recordaba a la perfección todas y cada una de las palabras que llegué a leer.

–. Pedri y Gavi ¿tenéis algo para contar?– Soltó Ansu en un intento de arrancarnos las palabras para que podamos hacer acto de presencia en el lugar.

–. Hmm... pues no sé, los nervios por el partido no traen un poco más distraídos de lo normal– Mentira, sabíamos que la charla sobre la supuesta "filtración" de nuestra relación estaba pendiente para liberarnos un poco.

–. Supongo que si, además que tengo sueño– Expresó Pablo mientras acariciaba el dorso de mi mano suavemente.

–. ¡Tú si no duermes bien eres una bomba de tiempo!– Dijo Eric, logró sacarle una risa que se me contagio en cuestión de segundos.