Jeff pone los papelitos en un bolso y lo sacude con fuerza.
-¡Cuidado!- chilla Eve, como si le acabaran de arrancar un órgano-. ¡Ese bolso es de Prada! Pra-da, Jeff, así que trátalo bien.
Ruedo los ojos hasta que me duelen. ¿Cómo se puede ser tan materialista? Solo es un pedazo de tela, y solo está siendo sacudido. Ni que lo hubiera tallado con unas tijera de potar.
-Vale, Miss Prada...- Jeff suelta un bufido y empieza a mover el bolso en cámara lenta-. ¿Así está bien?
Eve no parece relajarse.
-Más o menos. Pero preferiría que lo dejaras donde lo has encontrado y usaras esto.- Le tiende a su amigo una papelera vacía y sonríe de oreja a oreja-. Así es perfecto.
Jeff niega con la cabeza y vuelve a mezclar los papeles. Mi corazón salta un latido cuando me pone la papelera prácticamente a un centímetro de la nariz y me ordena:- Elige o te arrepentirás.
Pone una voz tan inusualmente masculina que me provoca una risita nerviosa. Agarro tres papeles al azar y los aplasto un poco más entre mis dedos.
Por favor, que no sea nadie que conozco...
Eve y Daisy se ponen un pedazo de fieltro turquesa bajo los codos para estar más cómodas, y me miran divertidas desde el suelo. Claro, a mí también me gusta escuchar chismes, pero no vivirlos. Esta situación es jodidamente incómoda.
Cuento hasta tres y abro el primer papelito: Brad Pitt.
-¡Lo cojo!- digo en automático, mientras en mi pecho brotan alivio y emoción a la vez.
Tengo que sonar muy desesperada, porque los tres presentes se echan a reír y terminan solo algunos minutos más tarde.
-¿Qué pasa?- pregunto, haciendo un puchero-. Brad Pitt es mi marido.
-Y el de todas- se ríe Eve, rodando por el suelo, y yo no puedo evitar pensar en Chris; sería tan lindo si estuviera aquí con nosotros, gastando una de sus bromas pesadas dirigidas exclusivamente hacia mí.
-Venga ya, abre los demás- sigue Jeff, expectante-. Espero no te toque Ryan Reynolds, porque este me lo quiero coger yo.
-¡Jeff!- exclama Daisy, dándole un golpecito en el hombro-. Siempre piensas en sexo.
-Pues sí- Jeff luce una grande sonrisa orgullosa, que muestras toda sus dientes chuecos y amarillos.
-Una vez, fuimos de excursión a un parque cerca de Rose Lake- me cuenta Eve, acercándose a mí como si fuera un secreto, -y el viejo Jeff, que está claramente obsesionado con todo lo fálico, comenzó a hablar sobre las diferentes formas que había visto entre los árboles: decía que el más loco era un pene largo y afilado.
Creo que mi cara se va a poner verde, como esa emoji estúpida que vomita.
-Guácala. A mí me hubiera dado miedo. Hubiera salido corriendo, temiendo por mi vida.
-Sí daba asco- Jeff sofoca una risita y se rasca la nuca-. Pero se sentía bien.
Decido abrir otro papelito para terminar con esta conversación surrealista. Lo despliego en la palma de mi mano y...
-¿Quién es?- Eve se desliza por el suelo hasta quedar a pocos milímetros de mí. Luego salta de pie-. ¡Es Ty!
Todos sueltan un "YESSS" de satisfacción, y yo me ruborizo tanto que siento las mejillas arder.
-Debes estar muy enamorada- razona Jeff-. De treinta papelitos, vas y escoges a tu novio. Vaya conexión.
-¡Qué no es mi novio!- suelto, fastidiada, pero Jeff me calla chasqueando la lengua.
![](https://img.wattpad.com/cover/331424681-288-k17112.jpg)
YOU ARE READING
Simplemente Vanesa
Teen FictionEs la quinta vez que Vanesa se muda de ciudad en quince años, y ya se está haciendo a la idea de que (otra vez) será "la chica nueva" y no tendrá ningún amigo. Sin embargo, su destino da una vuelta de 180 grados cuando conoce a su misterioso vecino...
Capítulo 42. Casar, matar o coger
Start from the beginning