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Minho no podía sacar de su cabeza a Jeongin, o bueno, a Changbin.

Desde el primer instante en el que lo vio había quedado flechado por su belleza, su alfa lo quería para él, su agitaba de emoción cada que pensaba o tenía cerca al omega, conforme lo estuvo conociendo se dio cuenta de que en definitiva era el omega indicado. No obstante, sucedió todo ese engaño que ya no sabía qué hacer, no sabía si debía confiar.

Estaba pensando en renunciar, pero luego recordaba la sensación de ser besado por el omega, ese exquisito olor a vainilla que lo endulzaba, ese magnífico sonido que emitía su boca cuando algo le causaba gracia, su bonita sonrisa y el cómo sus mejillas se tornaban rosadas cuando le decía lo bonito que estaba.

Diosa, lo extrañaba y necesitaba tanto, no podía seguir un día más sin él. Fue por eso que se colocó de pie, tomó su abrigo, llaves y celular, y salió de su oficina.

—Minho, tienes una...

—Suspende todo lo que tenga pendiente para hoy y los siguientes días, no estaré disponible hasta nuevo aviso.

—De acuerdo, lo haré de inmediato —dijo el alfa asistente—. Irás a buscarlo, ¿cierto?

Más que ser su secretario, Hyunjin era su amigo y lo conocía muy bien.

—Sí —contestó Minho—. Ya no me importa que me haya mentido al inicio o cómo carajos se llame, lo quiero y ya no soporto estar lejos de él.

Hyunjin sonrió sin evitarlo.

—Entonces ve y búscalo, dile lo que sientes. Yo me haré cargo de las cosas de aquí hasta tu regreso.

—Gracias, Hyunjin.

Minho se dio la vuelta y avanzó hacia el ascensor para llegar al estacionamiento, cuando llegó se subió a su auto y condujo hacia el departamento de Changbin. Sabía su dirección porque en alguna de sus citas lo visitó.

Llegó a su destino y fue directo a tocar el timbre, pero no hubo respuesta. Lo estuvo intentando por varios minutos más, sin embargo, seguía sin obtener respuesta alguna. Entonces la preocupación lo llenó por completo y decidió llamar a Jeongin.

Por suerte no había borrado su número, lo marcó y escuchaba los pitidos hasta que Jeongin tomó la llamada.

—Hola, ¿Jeongin? —habló cuando solo escuchaba una respiración un tanto agitada.

Hola, ¿qué sucede?

Minho se sintió mal al pensar en que quizás había interrumpido al omega.

—Disculpa las molestias, pero quería preguntarte algo.

Claro, dime.

—¿Sabes dónde se encuentra Changbin? Vine a su departamento, pero no contesta nadie y ya lo llamé, pero tiene el celular apagado. Estoy asustado, no sé si le habrá pasado algo.

Oh, bueno... Changbin está donde su padre, lo fue a ver en la mañana. No contesta el celular porque se quedó sin batería, se olvidó de llevar el cargador.

El alivio rodeó el cuerpo del alfa, en serio ya había empezado a asustarse.

—Ah, ya... Me estaba preocupando...

Sí, él está bien. Me escribió hace unas horas diciéndome que no contestaría por eso.

—Entiendo... —soltó, asintiendo, aunque no lo pudieran ver. Luego tomó aire para preguntar nuevamente—. Bueno, ¿podrías darme la dirección de la casa de su padre?

¿Eh? ¿Su dirección? ¿Piensas ir a verlo...?

—Sí, ya tomé mi decisión y no quiero esperar más, necesito verlo —contesto con voz firme y determinante—. ¿Podrías dármela, por favor?

Cita a ciegas ♡ ChanIn | MinBinWhere stories live. Discover now