Un pequeño descanso

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20; Un pequeño descanso
Haneul




Me fregué los ojos antes de inspeccionar el lugar.

Todo seguía en su lugar, a excepción de mis tacones, que estaban mal puestos en mitad de la habitación y el bolso, que ahora, estaba junto a una bolsa blanca, al parecer con ropa en su interior.

También me percaté de que la fotografía ya no estaba en su sitio al mirar hacia la mesita al lado de la cama, donde ahora en su lugar, se encontraba mi teléfono móvil emitiendo luz como si no tuviera mañana.

─¿Ya estás despierta Han?─ sonó una voz dentro de la habitación. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no lo había escuchado llegar.

Me acordé de repente de la conversación que habíamos tenido hacía pocas horas. Sin duda Jimin sabía demasiado de mi vida, pero en ese momento, tenía otra pregunta en mente que pensé que sería más importante.

─¿Cómo es que he dormido aquí de nuevo?─ pregunté, deslizándome por la cama hasta quedar al lado de Jimin.

─Hiciste tanto esfuerzo en recordar, que al final te desmayaste. Así que pensé que sería mejor no moverte mucho y te dejé descansando aquí.

─¿Y la fiesta? ¿Min está bien?─ Jimin asintió, supongo que a mi segunda pregunta.

─Min está durmiendo en la habitación de invitados. ¡Y no veas como ronca la tía!- después de sus palabras, solté una risa sonora. Era la verdad, Min roncaba cuando estaba borracha, realmente nunca entendí porqué, pero roncaba y ella, siempre lo negaba.

Por suerte ahora tengo otro testigo de ello. Así que ya no me podría decir que me lo estaba inventando todo.

«Punto para mi»

-Y la fiesta acabó hace tiempo. Así que dudo que puedas disfrutar de ella siendo ya medio día...- miré a Jimin de golpe y después, corrí a mirar la hora.

"15:16 pm" marcaba el reloj digital de mi teléfono.

-Dios, la cabeza...-mascullé apoyando la palma de la mano en la frente, para darme presión en ella. Mientras estaba intentando que el dolor se me pasara, Jimin se levantó y se acercó silenciosamente hacia mi, sorprendiéndome de tenerlo tan cerca cuando, retiró mi mano de la frente y apoyó la suya.

─Mh, parece que tienes un poco de fiebre─ fueron sus palabras, al examinar mi cara roja. «Seguro que toda esta calor no es solamente fiebre, querido»─ Será mejor que vuelvas a la cama. Te traeré la comida aquí- me informó y yo negué con la cabeza.

Podía caminar y comer la comida como una persona normal; encima de una mesa. No necesitaba que me trataran de princesa por un simple dolor de cabeza.─Estoy bien Jimin, comeré en la mesa.

─No, comerás aquí.

─Te he dicho que estoy bien. Es un simple dolor de cabeza, no me pasará nada malo.

─Pero en tu estado un simple dolor de cabeza es para alarmarse. Así que, como estás en mi casa, te obligo a que vuelvas a la cama, ya.─ al parecer, ninguno de los dos tenía el pensamiento de ceder ante el otro. ¿En mi estado? ¡Ni que estuviera embarazara, narices! Pero en su mirada, entendí algo extraño, que de alguna manera, me hizo al final hacerle caso.

Suspiré y caminé a paso lento hasta la cama, indicándole que él había ganado la batalla.

Pero era sólo la batalla, no la guerra.

─Así me gusta, que seas una chica obediente─ dijo y yo lo maté con la mirada. Soltó una risa sonora y caminó hasta la entrada de la puerta─Enseguida vuelvo, no te muevas─me amenazó con su dedo índice, apuntando en mi dirección y yo rodé los ojos.

─Tranquila mamá, no me moveré de la cama─ ironicé mis palabras y él, al final aceptó eso, saliendo de la habitación riendo por mi comentario.

En cuanto desapareció de mi vista, me quedé pensativa mirando un punto fijo, pero realmente no veía nada. Sólo necesitaba tener la cabeza un poco calmada y no pensar en demasiadas cosas, o el dolor augmentaría.

Y justo cuando Jimin me había dejado sola, la puerta de abrió de golpe, rebotando en la pared tan fuerte que me pegó un susto. Entonces vi una silueta acercarse a mi a una velocidad sobrehumana y comprendí que Min estaba a punto de matarme por un abrazo-amoroso.

─¡¡Han!!─Dicho y echo. Min saltó encima de la cama y quedó sobre mi cuerpo, aplastándome por completo.

Para mi suerte, tendría que enfrentar a la bestia hoy también. Y de bestia mw refiero a Min, por supuesto.

Todavía no estaba preparada para la lluvia de preguntar de mi mejor amiga. Ni ahora, ni creo que nunca. . .


𝖣𝗎𝗅𝖼𝖾 𝖲𝗎𝖾𝗇̃𝗈; 𝖠𝗆𝖺𝗋𝗀𝖺 𝖱𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 © 𝐩. 𝐣𝐢𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora