Quackity abandono las nevadas para tener una vida normal y feliz como tanto lo deseaba, asi habia llegado a karmaland. Todo estaba yendo bien hasta que wilbur al darse cuenta de que Quackity no estaba en las nevadas decidio ir a buscarlo, y como que...
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El castaño esperó pacientemente a que sus compañeros se distraigan o se alejen del lugar para así el poder huir sin que nadie lo viera, aún tenía muchas preguntas y dudas sobre lo que iban a hacer con las tnt y las minas pero estaba seguro que de eso nada bueno iba a salir. El híbrido de pato no era el único que recordó su pasado el castaño como algún otro de sus compañeros también recordaban su oscuro pasado, el castaño había logrado recuperar sus recuerdos perdidos con la ayuda de pociones que el mismo hizo y también con la de Los dioses oscuros fue algo difícil y doloroso para el castaño seguir confiando en sus amigos, pero que podría hacer todos en el pueblo estaban podridos y cegados de egoísmo y avaricia se podría decir por una parte del castaño, por otra parte de su mente el ojo rubí quería creer que no era así que solo estaba viendo y pensando mal.
Estaba concentrado en sus pensamientos hasta que un ruido de pisadas hizo que se pusiera en alerta haciendo que su cuerpo se tensara al escuchar una tercera voz.
__ Dejen de estar gritando y vengan ayudar, no tenemos tiempo de estar holgazaneando__ Hablo la tercera voz, mientras se escuchaban sus pasos acercándose, aunque el castaño no pudiera ver a la tercera persona podía deducir que traía algunas cosa pesado como una armadura, ese pensamiento hizo que el ojo rubí se ponga más alertal, sería complicado atacarlo si la situación se complicaba.
Suspiro hondo al escuchar y sentir los pasos de los tres alejarse. Su cuerpo comenzó a relajarse al ver que no había peligro, sin perder tiempo se levantó sacándose el polvo que traía en su sudadera, su mirada se fijó en la dirección en donde habían ido los tres, en su mirada solo se podía ver la ira y decepción su corazón dolía al ver que no importara lo que hiciera lo iban a seguir traicionando y humillando por ser un iluso.
Apretó sus puños para controlarse y respiró hondo, no podía descontrolarse y hacer un movimiento que probablemente lo perjudicara, tenía que pensar una estrategia para poder chantajear a eso tres y hacer que estén a su merced.
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