Un secreto prohibido #2

15|Callar no es una opción

15|Callar no es una opción.

Hanssen

Los líos nos esperan en todos lados.

Hace una hora que habíamos llegado al bar donde ni yo y Ramsés teníamos muchas ganas de embriagarnos a excepción de Ringo que parecía feliz pidiendo cerveza tras cerveza sin control y haciendo de oídos sordos a nuestras advertencias.

Estábamos a punto de marcharnos hasta que un imbécil lanzó un comentario innecesario hacia a mi amigo sobre su color de piel. La sangre que me hirvió por completo, pero Ringo se interpuso diciendo que podría encargarse él solo del asunto, grave error. Su juicio estaba nublado de alcohol cómo para ignorarlo.

En menos de un parpadeo ya se había lanzado sobre el hombre para golpearlo iniciando así una pelea donde acabamos involucrados al querer separarlos. Alguien llamó a la policía y sin hacer preguntas nos arrojaron al suelo para ponernos las esposas hasta escoltarnos a las patrullas y terminar tras las rejas.

Es un buen resumen de mi parte.

—Las chicas no deben tardar en llegar.

—¡Wiii, chicas! —exclama Ringo poniéndose de pie a lo que lo regreso a su lugar —. Oye.

—Más te vale que no te muevas de ahí y guarda silencio.

—Ya quiero irme a casa —balbucea —. Si es que lo haremos.

—Ringo, habla en voz baja, nos meterás en un lío —pero mi borracho amigo prefiere ignorarme.

—¿Y si lo aceptamos de una vez? Prefiero vivir en este mun...

Ramsés le cubre la boca con la mano. Ambos soltamos un profundo suspiro de alivio, el estado de Ringo podrá levantar sospechas o tomarnos por locos que sería igual de peligroso.

Mi mejor amigo se hace bolita en un rincón en un intento de tomar una siesta. Ninguno de los dos lo detiene mientras eso lo mantenga quieto.

—Confío en que Gala se las ingeniará en sacarnos.

—Han demorado demasiado.

—Hanssen, deberías bajarle, aunque sea dos rayitas a tu preocupación —se acerca a los barrotes en donde estoy —. ¿Sabías que es malo para la salud? Como sea, saldremos de aquí y regresaremos al apartamento como si nada hu...

Se ve interrumpido por el cambio drástico del ambiente, las luces comienzan a parpadear dentro de la celda y parte del pasillo, así como un aroma a azufre envolviéndonos

—¿Es imaginación mía o sólo yo veo el humo negro? —me susurra.

Le sigo con la mirada volteando la cabeza hacia la puerta, cuando mis ojos bajan hacia el suelo, noto el espeso humo colándose en la habitación.

—No es humo —le respondo.

—¡¿Estás seguro?! Porque no quiero morir así.

Estiro el brazo fuera de los barrotes, con la mano intento alcanzarlo, espero alguna reacción negativa, pero no sucede nada.

—Bien parece neblina.

—Tengo un mal presentimiento.

—Mhm —respondo.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo en esta situación? —hay angustia en su voz.

—Si me desespero, no llegaré a nada.

—Dios, tenía que meterme en esto.

Ambos retrocedemos cuando la espesa neblina invade la celda, nuevamente tengo el presentimiento que no es para nada común que esto suceda. Estoy alerta para cualquier incidencia que pudiera ocurrir, ¿es posible que Monarca nos haya seguido? ¿Es obra de ellos?