una oración

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Sería mentira si Jeonghan decía que no se encontraba emocionado por el nuevo guardaespaldas que lo acompañaba. Usualmente, ello no llamaría mucho su atención, pero esta ocasión era distinta. Sobre todo, cuando Choi Taeyong no era un señor dentro de sus cuarenta, rapado, que ni siquiera, trataba de saludar. Aunque... Choi Taeyong no era hablador y apenas hacía contacto visual, siempre saludaba, y eso fue lo único para asegurar que le agradaba. Llevaban cuatro días trabajando, pero podría estar seguro de que el mayor siempre saludaba a todos, como alguien "chapado a la antigua" aunque de su generación.

Sonreía por ese detalle, en su pueblo natal la gente era así y quizá ese era el verdadero motivo oculto tras su curiosidad por el mayor.

Miró su horario en el Ipad, al parecer, pronto debía ir a una entrevista. Solía ser uno de sus trabajos favoritos, por lo general, no hacía mas que leer respuestas pre fabricadas e irse pronto a casa. Aunque hoy era viernes, no tenía nada más que hacer. Extrañaba a Joshua. Si él estuviera en Seúl, se hubiesen reencontrado para comer algo agradable como comida china. 

— ¿Tienes algo que hacer esta noche, Taeyong? ¿Quizá alguna fiesta o un amigo ...? — Intentó bromear. 

El mayor sólo dio un pequeño salto en su asiento y no apartó la mirada del volante. ¿Por qué nunca lo miraba? A veces temía que la razón detrás de eso fuera que no le agradara. Y eso sería muy triste, ya que, realmente quería ser su amigo.

— No tengo algo en especial que hacer. — Respondió en el mismo tono de siempre: Serio.

Jeonghan se acercó más a los asientos delanteros y trato de dar un suspiro "discreto".

— ¿Ni siquiera una novia? — Buscó en el reflejo del retrovisor verlo sonrojarse o algo similar, pero al contrario, sólo lo vio frunciendo el ceño. — Perdón, no quise sonar entrometido. — 

Retrayéndose y sentándose firme en el asiento trasero, baja la mirada. Vaya. Llevaba tres años en la industria y aún le costaba leer el ambiente. Podría mirar a su celular para disimular la incomodidad; sin embargo, sus ojos estaban cansados de tantas luces. 

— No, no tengo novia. Solo no tengo nada en especial que hacer. — Volver a escucharlo, emocionó al rubio y le regresó brillo al rostro.

Seungcheol pudo notar eso y suspiró rendido, parecía estar consintiendo al actor cuando era un adulto de 22 años.

— Entonces... — Yoon miró pensativo a sus manos y arrugó la frente. — ¿Te parecería si vamos a tomar algo juntos o comer? Te juro que nadie nos reconocerá, conozco un sitio. — Dijo esta vez convencido junto a una sonrisa.

Al igual que cuando conoció al cantante DK, Seungcheol, se preguntaba el porqué no les dolía las mejillas de tanto sonreír. Él solía cansarse en las reuniones familiares cuando su madre insistía en tomar foto de todo y de todos en el lugar. Quizá, los artistas eran artistas porque sus sonrisas brillaban mucho.

Dejó de mirarlo.

— ¿Aceptas? ¡Te juro que no te haré pagar nada! — El menor reclinó su barbilla cerca a la espalda del asiento del piloto que incluso pudo oler su perfume. Menta. 

Giró el carro a la derecha y justo frente a una señal en rojo, pudo responderle.

— Bien. — 

Y con esa respuesta tan blanda, Jeonghan se sintió satisfecho, para regresar hacia el libreto a su lado. Leería mientras llegaban al set de la entrevista. Su mente ya estaba complacida con el hecho de socializar un viernes por la noche.

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Foto con flash (Jihan/Jeongcheol)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن