Capítulo 6.

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"Bueno, ya he recuperado los cinco sentidos. Y todavía lo veo atractivo al desgraciado. Mierda, ¿me he vuelto loco o qué?"

Ese debate interno lo asoló cuando despertó la mañana siguiente, con resaca y ganas de volverse a la cama después de hacer pis. Pero tenía una clase dentro de dos horas, así que mientras se preparaba un café y se duchaba rápidamente se vio obligado a recordar todo lo que podía de la noche anterior. Y eso lo llevó a pensar en Hannibal, y en su ahora muy obvio coqueteo.

Le dio un poco de vergüenza pensar en ello, pero como nadie vería sus pensamientos respiró hondo y decidió ser sincero consigo mismo. Sí, ahora veía que el socio de su padre, el rey de los abogados y empresarios de la ciudad, lo había sabroseado con la mirada durante toda la cena. No demasiado, tenía que ser justo y reconocer que Hannibal no se había mostrado exactamente lascivo, pero sí que lo había mirado con ganas. Con un interés que nada tenía que ver con la amistad, ni con caerle bien a su padre. A la sobria luz de la mañana, Will comprendió que ese magnate estaba interesado en él y que con toda la sutileza del mundo lo había invitado a visitarlo en su casa a solas, presumiblemente para tener una cita y que las cosas que tenían que pasar, pasaran. En ese punto de su debate fue cuando pensó que no le importaría ir a esa cita, y eso lo tuvo agitado hasta el momento de emprender el camino hacia la universidad.

"A ver, a ver, ¡que esto es serio, tonto! No tendría nada de malo coquetear con un hombre soltero y bien parecido, pero es un viejo de la edad de tu padre. ¿Quieres hacer eso, en serio? Si le aceptas la invitación es probable que termines acostándote con él, y eso sería problemático..."

¿Pero, lo sería en verdad? Hannibal era innegablemente atractivo, tenía un encanto difícil de explicar pero fácil de entender al estar juntos. Quizás era demasiado pomposo, pero eso era de esperarse de un hombre de su posición social y fortuna. Will trató de ser completamente honesto y tuvo que reconocer que, de no haberlo conocido en una fiesta a la que fue de malas y con pésimo humor, de seguro le habría devuelto el coqueteo y con ganas. Los hombres mayores no eran su principal target de hombres, pero... ¿por qué no? ¿Sería tan malo ver hasta dónde podía llevar ese interés del mayor en su persona?

"A lo mejor sí que acepto su invitación. Solo para ver que pas... oh, eres un maldito hipócrita, William. Ahora que sabes que le gustas al doctor, te ha picado el orgullo y quieres seducirlo, ¿no? ¡Eres incorregible!" se dijo riendo por lo bajo y dejando el salón de clases con buen humor, pensando en un posible encuentro con Hannibal. En serio, en serio era sexy el desgraciado, tenía una boca muy sensual y un cuerpo más que aceptable. Y ni siquiera viéndolo borracho y a su merced lo había tocado, lo que indicaba que su interés por él no era simple calentura. Le gustaba. Gustarle a un hombre tan poderoso podía ser un poder mucho más grande del que imaginaba, y esa idea lo hizo sonreír cada vez más camino a casa.

Máscara OrdinariaWhere stories live. Discover now